You Belong With Me ( Lectora x Amity )

7

Al final, nos damos cuenta que el amor puede ser tan hermoso como doloroso, lamentablemente para ambas chicas tuvo que ser doloroso, y de una manera horrible.

La tierra mojada caía sobre la fina madera del ataúd donde estaba aquella chica, que alguna vez, tuvo vida, sus amigos lloraban mientras veían como aquel ataúd era cubierto por completo con tierra.

El llanto en todos era incesable, sobretodo el de una chica de ojos dorados, que estaban hinchados y completamente rojos de tanto llorar, su mirada estaba clavada en aquel lugar donde enterraban al amor de su vida.

No llego a tiempo para salvarla aquella noche, y se sentía horrible, sus hermanos la abrazaban con fuerza mientras sostenían una sombrilla para cubrirse se las frías gotas de lluvia que caía del grisáceo cielo.

El día del entierro de aquella joven, el cielo no tuvo ni un rayo de sol, ni un rastro del hermoso azul que lo caracterizaba, solo un tono gris, apagado, como si estuviera triste, tal vez lo estaba.

Tras la muerte de la chica varios quedaron marcados de por vida, cómo sus padres, amigos, y la menor de los Blight. Ya se encontraban preparando para levantar por completo la pequeña construcción de lo que sería la tumba de aquella chica, algunas personas se retiraban del lugar, mientras otras se quedaban allí, llorando sin poder despedirse por completo de aquella chica.

Los gemelos Blight, tomaron a su hermana entre sus brazos y la llevaron al auto, no podían quedarse allí más tiempo, la lluvia iba a empeorar en cualquier momento, subieron sin decir una sola palabra, el camino estaba siendo tranquilo, hasta que, el débil sonido se una voz causó que la menor de los hermanos se estremeciera.

- ¿T/n? -

Miro a su lado, no había nada, sus hermanos la miraron preocupados, al detenerse en un semáforo, ambos peli verdes la miraron.

- ¿Estas bien Am? -

La chica no respondió, lágrimas cayeron de sus ojos y se abrazo a si misma mientras trataba de calmarse.

- ¿Amity? -

- no quiero que se vaya, la necesito -

Los ojos dorados de la menor se clavaron en el suelo del auto, sus hermanos siguieron viendo al camino mientras el auto volvía a moverse.

Y se rompió.

Pasaron junto a la cafetería donde solían ir ambas a beber café mientras leían sus libros favoritos, su llanto se volvió más fuerte, pero sus lágrimas pararon al sentir unos cálidos brazos rodearla con suavidad.

La miro, pudo ver a aquella chica que tanto amaba abrazándola cómo lo hacía siempre, una leve sonrisa apareció en los labios de ambas, sus manos se encontraron y las entrelazaron como si no quisieran separarse nunca.

Y no querían hacerlo.

- yo también te amo -

Se escuchó salir un débil hilo de voz de aquella chica, la Blight sonrió mientras juntaba sus frentes, se miraron unos segundos, se acercaron y se besaron, cómo siempre habían querido, al separarse, la chica más alta abrazo a la peli lila y le sonrió.

- me tengo que ir Blight -

La de ojos miel se aferró a ella, no quería que se fuera, pero era inevitable, así como llego, se fue, las lágrimas corrieron otra vez por su rostro, pero está vez, se mantuvo fuerte, en su mano, estaba un collar que el fantasma de la chica le había dejado.

La amaría, aunque ella ya no estuviera.

Los años pasaron, la Blight menor se graduó, tenía un trabajo estable, y en sus tiempos libres, iba a aquel lugar de las malteadas dónde solía ir con T/n.

Un día en particular, fue para relajarse un poco del trabajo, miro su malteada frente a ella, sonrió al recordar que esa solía ser la favorita de la chica de orbes _____.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por la mesera que la miro algo nerviosa, acercándole un plato con una rebanada de pastel de chocolate, sus manos temblaban ligeramente mientras sonreía a la castaña.

Sus ojos se encontraron, y una sensación de cosquilleo apareció en el vientre de la chica al ver a la desconocida frente a ella, sus ojos eran exactamente iguales a los de su vieja amiga, su sonrisa era igual de torpe, eh incluso, su aura era igual, aquella chica fácilmente era unos dos años menor que ella.

- su pastel señorita -

- Gracias -

- de nada, cualquier cosa no dude en llamarme -

La Blight asintio y comenzó a comer su pastel, debajo del plato encontró un pequeño papel doblado, lo abrió y sonrió levemente al ver lo que tenía escrito, "es mi número de teléfono".