Cap. 5 Recuerdos empolvados

120 10 4
                                    

Todas las voces que escuchaba a mi alrededor se silenciaron, pareciera que ese momento se puso en pausa cuando cruzamos nuestras miradas después de lo ocurrido en su camerino. Una sonrisa coqueta proveniente de su rostro angelical fue lo que me regaló y me invitó a responderle con otra.

-¿Qué tal señor Arturo?, ¿listo para iniciar?- Dijo Lola tomándome de mi brazo para hacer nuestra entrada.

-Claro que estoy listo Señora, siempre lo he estado..- dije coquetamente.

En ese momento nos encontrábamos uno al lado del otro como en los viejos tiempos.
Ese momento en pausa que sentí se reanudo ensordeciendome con el saludo de la señora Ana Bárbara.

-Holaaa , ¿cómo se encuentran?, Pero que guaposs! - Dijo acercándose efusivamente a tomarme de mi otro brazo para entrar a la rueda de prensa.

Finalmente entramos, estábamos muy emocionados todos por igual. Consideraría que lo que más me entusiasmó fue el saber que ella regresaría, que estaríamos una vez mas juntos... claramente que no de la manera que quisiera, pero por ella soportaría esto por más años que transcurrieran.
El tiempo a su lado pareciera que no era suficiente para mi, su coquetería era tan evidente que me hacía dudar si ella realmente me había olvidado en ese aspecto..
Tiempo atrás al terminar el programa yo hubiera tomado el atrevimiento de ofrecerle llevarla a casa, pero esta vez ya había alguien que la llevara.
Tome camino hacia mi camerino para ponerme ropa cómoda he irme a mi casa, no pude evitar fisgonear en el que seria el camerino de Lola, estaba su puerta abierta y ella estaba sentada desmaquillándose frente a su espejo, se notaba cansada y no sería algo raro ya que era tarde.

Me recargue en el marco de su puerta y la toqué - Hola señora Cortés, ¿Qué hace aquí tan tarde?, ¿Su esposo aún no llega?- dije con un tono de voz sarcástico.

Se detuvo en su proceso de desmaquillarse y volteó a mirarme - ¿Que necesita? , y le devuelvo la pregunta ¿Qué hace usted aquí tan tarde?.

-No sería algo nuevo que usted evadiera mis preguntas- Dije mirándola fijamente.

-Realmente creo que por más que pasen los años no hemos cambiado y nos conocemos muy bien y vaya que bien - dijo en un tono coqueto poniéndose de pie y acercándose a mi a su vez.

Los colores se me vinieron al rostro, me sentía muy nervioso
- Señora , ¿Qué trata de decirme?- dije aclarando mi garganta seguido de tragar saliva.

-Lo que usted quiera pensar es válido, y como es de costumbre su mente se dejará llevar por uno que otro recuerdo empolvado del pasado, nuestro pasado- dijo acercándose cada vez más.
Estaba invadiendo mi espacio personal una vez más, ya había ocurrido dos veces en el día y yo no lo podía creer, quizás estaba jugando conmigo o simplemente para ella era algo normal.

-No se acerque más así Lola, Que si da un paso más no podré resistirme a sus encantos, que siempre me han dominado.

-ahhh , ¿así que lo pongo nervioso?, ¿y que es lo que lo impulsaría a hacer?, mera curiosidad - Dijo mirándome pícaramente-

-Un sin fin de cosas quisiera hacer Lola, no se imagina, como usted dijo anteriormente "recueros empolvados del pasado" se vienen a mi mente y no creo poder controlarme si usted está así de cerca.

- Y yo querría que lo hicieras , me gusta ponerte mal, ponerte tenso, nervioso. Me recuerda lo que vivimos en el pasado y ni mentiré alimenta mi ego.

-Ay por favor señora yo puedo con esto y más solo quería demostrar que aún muere por mi.
-dije claramente mintiendo-

-Jajaja no,  por favor Arturo, siempre has sido increíble mintiendo pero con el tiempo aprendí a saber que es mentira y que no.
-Dijo volteándose y recargándose en el respaldo de su silla mirándome por el espejo-

-Cerré la puerta y me acerqué para tomarla por la cintura, la volteé y la empujé hacia mi encontrándola con mi cuerpo.

- ¿Aun me deseas?, ¿Ese tipo sabe complacerte?- pregunté mientras hacía un patrón de miradas entre sus labios y ojos.-

-No mentiré Arturo, me sigues poniendo mal, pero Elias está hoy conmigo.
-Dijo mientras su respiración se agitaba-.

La solté de inmediato y me alejé de ahí y salí, escuché como gritó mi nombre pero me hice el sordo y fui hacia mi auto, conducí lo más rápido posible con música a niveles altísimos. ¿Qué esperaba?, ¿a caso quería que me dijera que aún me ama?. Me sentí estupido, un idiota por esperar eso de Dolores Cortés después de todo lo que sucedió, lo que hice en el pasado. Mis acciones y palabras se estaba convirtiendo en mi Karma por haberla puesto en esa situación tiempo atrás.

Llegue a casa y decidí tomar un baño para antes de ir a la cama, no quise ni cenar en mi cabeza solo estaba una cosa en repetición y era ese momento que acababa de suceder entre ellos los recuerdos del ayer que me desconectarían de mi mismo e impedían que pudiera dormir.

Desde mi perspectivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora