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Dadan— ¿Estás enferma verdad?

Por su expresión apostaba que si decía que no me iría peor.

— ¿Por qué dices que estoy enferma?

Dadan— Así que no lo quieres soltar fácil... — Suspiro. — Lo digo porque he visto como has salido en la madrugada y también como Ace aveces te palmeaba tu espalda. La otra vez vi como estabas tosiendo pero por un momento pude ver algo rojo... ¿Acaso toses sangre?

Podía ver preocupación en su mirada y algo de enojo. Solo pude suspirar, ya no había forma de poner excusas o algo. Ella ya se había dado cuenta.

— Sí, estoy enferma. Puede que haya tosido sangre...

Dadan— ¿Desde cuando estás enferma? — No podía imaginar que podría estar pensando ella.

Tal vez querrá que me fuera, pensará que es algo contagioso, si eso pasa tendré que irme...

— Desde siempre, tal vez por eso mi familia me abandono. — Vamos chicos, tengo que poner algo de historia, realmente es raro aparecer en esta isla de la nada.

— Uhg... ¿Porque no dices nada?

Dadan— Waaaaaa!!!! Has sufrido tanto niña, de haberme dicho que estabas enferma no te hubiera puesto a hacer algo en la casa. — Saco un trapo de su ropa mientras lloraba.

— No te preocupes, realmente solo es eso, no es que me quite fuerzas. Aveces sí pero puedo seguir como siempre, realmente agradezco tu preocupación. — Sonreí.

— Solo pido que no se lo diga Luffy ni a los demás bandidos, Ace ya lo sabe, por otro lado... Sabo creo que lo descubrirá rápidamente, el es muy observador lo deducira pronto.

Dadan— Entiendo. — una pequeña sonrisa apareció en su rostro. — De todos modos tendrás que ir al doctor.

— Realmente no me gusta ir al doctor, tal vez en otro momento.

Dadan— Está bien, pero de ser necesario tendremos que ir, aún si no te guste.

— Uhg... Esta bien...

(...)

Salí de su habitación y camine a las escaleras, al llegar al cuarto donde duermo con los chicos, solo abrí la puerta para encontrarlos todos desparramados.

— ¿No que me ibas a esperar?... — reí al ver a Luffy en su quinto sueño.

Me senté y tomé una hoja con un lápiz y empecé a dibujar algo sin sentido, lo hacía para pensar.

El que Dadan se dio cuenta de mi enfermedad ya es una baja a mis planes, solo quiero que Luffy no lo sepa, porque siento que hará que yo no haga algún esfuerzo. Odio sentirme inútil, por eso no queria que ellos lo supieran.

Reaccioné y miré la hoja, era Luffy, Ace y Sabo. Sonreí y lo dejé ahí, abrí la ventana y salí yendo al techo.

— Ahora que lo pienso... "La verdad" no a aparecido en un rato..

— No es que me haya ido en realidad, solo estoy observando. — Una enorme sonrisa apareció en la oscuridad.

— Ah.

— ¿Que? ¿Es lo único que vas a decir? — Su sonrisa se invirtió.

— No, solo que me sorprendí pero no pude gritar del susto.

— Eres mala. — Su sonrisa Volvió. — Un aviso.

— ¿Hum?

— Pronto vendrá que te pongas mal.

Disfrutaré cada momento - One PieceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora