Capítulo 4

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-Ah, pero, debemos de decidir las condiciones del juego, si una de nosotras gana, ustedes invitan las bebidas de hoy, qué tal?- Maggie comentó con una sonrisa atrevida, aún con las cartas escondidas entre sus palmas. Parece que su comentario no provocó reacción ante el grupo. Miré a Maggie justo en el momento que ella también volteó a verme. "Forrados de dinero" ví en su mirada.

-Esperaba una apuesta más emocionante- comentó el de cabello naranja que estaba cruzado de brazos, sus cartas sin estar a la vista.- Qué tal si uno de nosotros gana, nos regalan un solo deseo con ustedes? Creo que ustedes tienen más posibilidades de ganar- sonrió. El de cabello rubio entonces por primera vez se interesó en sus cartas.

-Entonces déjame subir la apuesta aún más, los que pierdan van a tener además que pararse sobre esa barra y cantar "Triste Lirín"- dije y me incliné sobre la mesa, sus reacciones justo como esperaba, Melón parecía aguantar una carcajada al igual que el que tenía el parche en ojo mientras los otros mantenían la misma expresión serena confiada. Maggie sin falta se echó a reír, sus ojos brillaron con emoción.

-Empecemos entonces- dijo el encapuchado, su voz mandó un estruendo con mi columna, hasta este tiempo no había escuchado una voz tan grave pero cálida. Todos nos pusimos a levantar cartas, cada que uno sacará una carta del mismo número que el jugador pasado tenía que cambiar de lugar con el jugador de su izquierda o derecha a conveniencia de esta forma se intercambia una carta de tu vecino. La forma de ganar era consiguiendo 3 cartas del mismo número obtenidas en el intercambio. Esta forma de juego era precisamente nuestro modo de sacar información.

Maggie terminó entre Melón y el rubio negociando su cambio de cartas, mientras que yo estaba al lado del encapuchado, y el del parche.

-Habían jugado esta forma de cartas antes?- pregunté mirando las cartas en la mesa.

-En algunas tabernas si, solíamos hacerlo entre nosotros pero... algún momento nos aburrimos- respondió el del parche con una sonrisa, respondí con otra sonrisa ante la idea-. ¿Quieres cambiar una carta?

-nope, estoy bien, por cierto, mucho gusto en conocerlos, soy Cirla- no mostraron ninguna reacción pero el de capa respondió.

-Mucho gusto, soy Adam, el que está a tu lado es Ekal.- Ekal solo asintió aún concentrado en sus cartas, intercambió rápidamente una carta, noté debajo de su barbilla un súbito movimiento de su garganta por un segundo. Volví mi vista a Adam y señalé una de sus cartas, entendió la intención por lo que señaló otra de mis cartas. Para mi sorpresa Adam eligió la carta que más había intentado esconder, le entregué mi carta y obtuve un 5 de su parte.

-¿ vienen a las pruebas de los soldados imperiales?- pregunté a lo que respondió Adam- no realmente, bueno, unos quieren participar y probar suerte pero no es algo que nos interese -bebió de su cerveza- aunque supongo que con mi físico bien podría ganar un puesto -comentó ligeramente mientras intercambiaba cartas con su vecino.

-Oh, tienes confianza, tal vez si tienen tiempo podrían ser meseros aquí. La paga no es buena, vienen muchos buscaproblemas y rara vez hay paz pero el ambiente es divertido no les parece? -cambié una carta con Ekal ignorando totalmente la coquetería de Adam y este me otorgó un 1 al cual miré con repulsión, Maggie se veía muy animada acercándose lentamente a sus vecinos con una sonrisa contagiosa-.

-Creo que Ekal podría llevarse muy bien, yo solo estaría para verlo sufrir tirando las cervezas a quien lo vea raro- rió por lo bajo, Ekal le aventó una piedrita respondiendo- solo si son tan idiotas como tú hasta la barra aventaría-. Me reí ante la imagen de aquello.

Finalmente intercambié mi última carta con Adam, el 1 que me había dado Ekal el cual no le había quitado el dedo, en los ojos de Adam hubo un atisbo de brillo y me otorgó otro 1, de nuevo hice una cara de asco. -Si ustedes ganaran qué pedirían? -pregunté

Ekal miró a Adam y su mirada bajó a su mano, una mano que hasta ahora estaba cubierta en guantes, pero ya descubierta mostrando una piel uniforme y robusta, por el rabillo del ojo noté que su dedo índice tenía un ligero tic. No reí, no permití que otra emoción más que el puchero se reflejara en mi cara, no cuando lo tenía en mi mano, bebí de mi cerveza saborizada, para entonces Ekal respondió- yo pediría una ronda de papas al sartén para mi solo, los dos tarados de allá -señalando a los gemelos de pelo naranja- son unos obscenos y el rubio mentecato es un empedernido- Adam asintió y respondió- yo pediría un tour puede ser, o un guía de los mejores lugares para conocer antes de irse, u otra ronda de juegos- cambié una carta con Ekal el cual le dí mi 1 y me dió otro 1. Deje pasar unos segundos, miré reflexiva mis cartas, casi incrédula, miré a Maggie, a Ekal y finalmente por unos segundos a Adam, no esperando que entendiera mi señal, acababan de perder- debo decir que me gustan las cervezas de cereza y a Maggie con sabores tropicales. -Bajé la perfecta hilera de 1. Maggie sonrió aún más y bajó otra hilera de 2.

Me levanté de mi asiento apoyando delicadamente en el hombro de Ekal, estiré mis músculos y solté una risa dando otro trago a mi cerveza.- Adam es un jugador excepcional -mencioné, pues en efecto, notó cada movimiento y mirada que hacía a las cargas, la carta que más escondía, la que peor quería, era la primera vez que alguien caía en una trampa tejida cuidadosamente para alguien como él. Reí- me divertí mucho, ¡Oigan a todos! Los invitados de aquí van a invitar la ronda- Respondieron emocionados a gritos, sonreí- y nos harán un pequeño show. 

Soy la traidora del imperioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora