❆┊Capítulo 8

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Huening Kai bajó del taxi que lo había llevado a la estación de trenes de Seúl y comenzó a buscar con la mirada la ventanilla para comprar un boleto e ir a Ansan lo más rápido posible.

Cuando por fin encontró la taquilla, pudo ver que había una enorme fila para comprar boletos. Kai soltó una maldición en voz baja. Tomó su celular y le marcó nuevamente a Soobin, pero éste no contestó.

Caminó hasta la sala de espera y buscó un lugar para sentarse y poder pensar en qué haría a continuación; sin embargo, todos los asientos estaban ocupados. Había una gran cantidad de personas en la estación de trenes ese día.

Cuando Kai estaba a punto de ir a la taquilla otra vez, divisó a cierto chico pelinegro en una banca que estaba alejada de la multitud.

—¡Choi Soobin! —gritó y fue hasta su encuentro.

Soobin se puso de pie ante el llamado y, de un momento para otro, ya estaba siendo abrazado por Huening Kai.

—¿Por qué no me contestabas? ¡Estaba tan asustado! Pensé que te había pasado algo malo...

En cuanto Kai terminó la última oración, pudo ver claramente el rostro de su novio.

Soobin tenía un moretón debajo de su ojo izquierdo.

Huening Kai mantuvo su boca entreabierta. Estuvo paralizado por unos cuantos segundos. Alguien había lastimado a su lindo Soobin y eso provocó que su corazón se estrujara.

—¿Qué te hicieron, cariño? —preguntó Kai con la voz quebrada—. ¿Quién se atrevió a hacerte esto?

Soobin soltó una lágrima que Kai limpió cuidadosamente con su pulgar. Pronto ambos chicos estaban llorando mientras se abrazaban.

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Soobin y Huening Kai estaban sentados en el sofá de la sala de estar. Habían llegado al departamento de Choi hacía unos 5 minutos, pero ninguno había emitido palabra alguna.

Donde hay amor, hay sustos┊SooKai┊AU - Social Media   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora