Capítulo 14

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— ¡Son! — gritó con toda la fuerza de sus pulmones, llevaba una hora buscándolo, hacía unos cuarenta minutos que comenzó a nevar, ya había recorrido varias calles alrededor de la universidad, con la esperanza de que estuviera cerca, una parte de sí ya estaba paranoica y le decía que estaba hacia el otro lado, que estaba lejos, que no lo encontraría — ¡Off! ¡MingMing!

Quizás alguno de los demás le respondería.

Se sentía como un idiota, tendría que haber quemado ese cuaderno, pero allí guardaba algunas cosas que quería conservar, tenía las primeras memorias que habían compartido, los primeros encuentros con los Alters, le parecían valiosos, bonitos, algo que leería dentro de unos años y recordaría con una sonrisa.

No lo guardaba como evidencia para su trabajo, ya lo había dejado hacía mucho tiempo, ya había empezado otro.

Ahora todo se había arruinado, y lo había perdido, en muchas formas.

Sintió las lágrimas en sus ojos, y las borró sin cuidado.

Volvió a tomar su teléfono y volvió a llamarlo, debía ser la número veinte, mínimo, y no tenía más esperanzas de que respondiera.

Para su sorpresa, a los tres tonos, respondió.

— ¿Pin?

— ¡Son! ¿Dónde estás? Dime dónde estás — sintió ganas de correr, hacia cualquier lado, hacia él.

No soy Son... — murmuró, su tono sonaba cansado y hasta doloroso—. Pin, tú eres mi amigo, ¿Por qué estoy sólo?

— Pete... — sintió esas enormes ganas de protegerlo, de abrazarlo y no soltarlo nunca, porque el pequeño era muy especial, no sabía lo que iba a hacer—. Pete, dime lo que ves, dime dónde estás.

Pin, hace frío y... Está todo lleno de blanco... Es un parque muy blanco.

— Bien, un parque, si, tu continúa hablando, dime qué más hay— buscó con el celular el parque y fue hacia él más cercano corriendo, no se podría haber ido tan lejos—. Voy para allá, dime, ¿Ves unos juegos? — posiblemente era el parque al que había llevado a MingMing una vez.

— Sí... — con eso confirmaba que era el mismo parque de siempre—. Están lejos, Pin... Hace frío, Pin, ¿Por qué hace frío?

— Porque es invierno, pequeño, y no tienes el abrigo adecuado... Pero estoy yendo y estarás calentito muy pronto, ¿Sí? Tú sigue hablando conmigo.

Mmmh...

— ¿Dónde estás?

Estoy acostado... En un banco... ví una foto de Pin en el celular y estabas ahí.

— Estoy aquí, sí, estoy cerca.

Pin sonrió con ternura, sintió unas lágrimas caer, vio el parque al otro lado de la calle y dejó de correr para ver a su alrededor, buscando algún banco donde hubiera alguien, los juegos estaban cerca así que se alejó de ellos, yendo hacia el otro lado del parque.

Pin, te veo.

— ¿Me ves? — giró a su alrededor, hasta que lo encontró, hecho un bolita en un banco de madera, una ligera capa de nueve cubría de a partes su cuerpo, y se abrazaba al cuaderno que había encontrado, tenía el celular a un lado.

Corrió hacia él, sus labios estaban azules y estaba muy pálido, aun así Pete le sonrió.

— Aquí estoy, pequeño— quería llorar, le quitó la nieve de encima y lo ayudó a enderezarse, estaba muy frío.

The Alters [PerthSaint]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora