Al fin Juntos

Hacia el Mañana

Está inspirada en los tres años que InuYasha y Kagome estuvieron separados el uno del otro, cuando el pozo se cerró al final de Kanketsu Hen.

Relata los pensamientos, sentimientos y emociones que sintieron ambos personajes en aquel tiempo.

Para está primera parte, me gustaría que tengan alguna música de fondo que acompañe la historia, les recomiendo que escuchen I Forgive you de Sia, es muy melodiosa y ayudaría a conectar perfectamente con la trama.

(Esto lo digo por experiencia propia)

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Hacia el mañana

Cada vez que abro los ojos quedo prendida mirando hacia el techo, la cama es muy cómoda, es mi cama, no es como dormir en el suelo o acampar. Realmente es mucho más cómodo.

Ya han sido tres años, demasiado tiempo, demasiados recuerdos, personas que tal vez más nunca volveré a ver ¿Cierto?

Antes, mi vida era pacífica, solo una simple estudiante de secundaria que no se imaginaba siquiera el futuro que le esperaba, y que cuando lo supo y viajó por primera vez en el tiempo, era una niña asustadiza y vulnerable al peligro que deseaba regresar a su época, a su mundo.

Ahora ya he regresado, definitivamente. ¡Que mejor cosa que tener a mi familia, que tener que graduarme, que tener una vida normal! ¿No era eso lo que quería desde un inicio?

Si, era eso. Sin embargo me pregunto ¿Qué pasará de ahora en adelante? ¿Voy a olvidarme de todo? ¿Ellos serán capaces de continuar con su vida y olvidarse de mi tras el paso de los años? ¿Él se olvidará de mí?

Lo dudo, nunca sucedería tal cosa, ellos son muy importantes para mi y yo para ellos, todo lo que soportamos, los buenos y los malos momentos que compartimos no es algo que se pueda olvidar. De la misma forma de la que sé que él tampoco me olvidaría.

InuYasha nunca me olvidaría...

Cuanto lo extraño ¿Qué estará haciendo ahora? ¿Qué estará pensando? ¿Pensaría en mí acaso?

Aveces me lo imagino. Me imagino su presencia, su voz, su cercanía, su mal humor de siempre, su carácter de niño infantil y obstinado, su firmeza y seguridad; Sobretodo las palabras "siempre te protegeré" cuando me miraba a los ojos en esta misma habitación.

De hecho, cuando miro a la ventana, lo veo entrando de repente y reclamándome "¡¿Por qué te demoras tanto Kagome?! ¡Volvamos allá ahora mismo!". Creo que eso es lo que más extraño, su carácter posesivo hacia mi, que muchas veces me sacaba de quicio.

(Tocan la puerta)

—Kagome hija. Ya el desayuno está listo, anda apúrate, si no quieres llegar tarde a la escuela.

Es cierto, la escuela... Debo apurarme, es mi ultimo año de preparatoria y dentro de unos meces estaré a punto de graduarme.

—Ya bajo.

(***)

El profesor llena la pizarra de varios ejercicios, hace tres años no hubiese tenido el tiempo de aprender todas estas fórmulas de cálculo. No tenía tiempo y perdía el hilo de las clases. Quería ingresar a una buena escuela y debía estudiar mucho para eso. Al parecer lo he conseguido y me da mucho orgullo; Pero, ¿Después de eso que va a pasar? ¿Podré ser capaz de seguir adelante?

(Suena el timbre de la escuela y los estudiantes salen)

—¡Adiós Kagome!

—¡Adiós chicas!

Antes creía que mi vida era una vida normal. Sin embargo conocí lo que realmente era vivir del otro lado, aquí todo se repite cada día, allá siempre hay algo nuevo, las peleas, las batallas, sé que es riesgoso pero extraño toda esa persecución, esa adrenalina. Este siempre va a ser mi hogar. El lugar donde provengo y donde nací. Pero allá... allá era mi mundo.

Finalmente aquí estoy. Frente a el árbol sagrado; Una sombra tan cálida bajo sus ramas, un aire tan puro y limpio, una brisa suave y arrulladora.

Un árbol alto y fuerte, que es mucho más sabio con el paso de los años. La cicatriz en su tronco que siempre me recordará a él, fue aquí donde reconocí que lo amaba, donde lo conocí. Desde pequeña siempre a sido un lugar importante para mi y ahora, es mucho más que eso.

—¿Algún día, podré ser capaz de volver a verte?

Le pregunto al árbol esperando una respuesta. Sin embargo, el silencio me responde y suelto un largo suspiro antes de seguir con mi camino.

El viento aulla en cuanto me vuelvo y unas fuertes manos me abrazan por la espalda, unas manos suaves y delicadas, acompañadas de una túnica roja.
Esta calidez, esta sensación es algo que ya conocía.

Era él.

—Siempre te protegeré....

¿Realmente era su voz? No lo entiendo. Pero, es tan confortante, tan acojedor. Todas las personas ajenas a mi, van de la mano de alguien, sonríen bajo el atardecer.

Yo también me siento así. Hasta que esa calidez abandona mi cuerpo y aquellas manos que me abrazaban, me soltaban suavemente. Cuando me vuelvo.... no había nadie. Nunca estuvo aquí, y por un segundo, me había ilucionado.

Entonces, miro al árbol con los sentimientos a flor de piel, mientras mi cabello era acariciado por el viento.

Esa era su repuesta...

—¿Kagome?

(Me vuelvo, se acerca mi hermano)

—¿Estás llorando?-Dice Souta.

No me había dado cuenta de que lloraba, no eran lágrimas de tristeza o felicidad, eran lágrimas de nostalgia. La nostalgia de extrañar a quien amo.

—No importa, Sota. Volvamos a casa.

Si, tal vez, puede ser que volvamos a vernos. Caminaremos juntos hacia un nuevo mañana. Solo hasta entonces...

Espérame, InuYasha.
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Espero que hayan disfrutado con esta pequeña historia, sobretodo que hayan podido conectar con ella...

Ahora verán la 2 parte contando la versión de InuYasha.

Expresando los sentimientos de este mientras estaba del otro lado.