𝐎𝟐

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Te estaba siguiendo, tenía curiosidad hacía donde ibas. Estabas tan arreglado, tan hermoso.

Podía ver que tenías una sonrisa en tu linda boquita que ojalá besar.

Veías seguido el celular, supongo para no perderte ¿verdad?

La curiosidad me comía por dentro. No puedo esperar a ver que es con tanta felicidad traía a mi no por ahora novio y futuro esposo.

Pasaron unos minutos más para por fin llegar a tu destino.

Estabas nervioso y pareces tener leve temblor, me puse un poco enojado, ¿quién era él o la insolente para ponerte así?, solo espero que no sea un enemigo de nuestro amor.

Fuiste hacía una cafetería y te sentaste en una de las tantas mesas del establecimiento, yo también me senté, aunque claro, un poco lejos de donde estabas.

Chateabas con alguien que muy feliz, eso me puso celoso. No me gusta ver a mi amado chatear con alguien muy felizmente.

Pasaron unos minutos y alguien entró, estaba mirando cada una de las mesas buscando algo, hasta que lo vió.

En menos de diez segundos ya se encontraban abrazándose, eso molesto, ¿quién se cree ese infeliz? Me pregunté mentalmente viendo con molestia a ese par.

Unos más después que parecieron horas por fin se separaron con una sonrisa en sus labios.

Solo pude chasquear mi lengua y cruzarme de brazos.

Hablando tan animadamente sin notar mi mirada fija en ellos.

No puedo evitar sentir enojo y celos en mi interior, ver a mi (no) esposo con otro me enfurecia.

¿Cuándo más planean estar tan cerca del uno al otro? Pregunté en un susurro que nadie excepto yo pude escuchar. Pero no mentía, los dos estaban tan cerca que parecían que en cualquier momento se besarían.

Ese último pensamiento y imagen hizo que apretarse más mis manos cerradas, mis nudillos ya estaban blancos por esa acción.

Horas después (que solo fueron dos horas aproximadamente) sonó el tono de un teléfono, al parecer es del desconocido.

El desconocido se fue para contestar, mientras tu esperabas pacientemente.

Volvió de nuevo, pero diferente, su mirada y cara demostraban tristeza.

¿Por qué? Me pregunté.

Empezaron a hablar pero esta vez más separados, después de otros minutos más se abrazaron y se despidieron.

Seguramente ocurrió algo dije afirmando con un asentimiento con la cabeza mi propio comentario mental.

Por más egoísta que suene me sentí aliviado, aliviado de que ese desconocido bastardo se alejara de ti y que encima de tenga que ir.

Por que tu eres mío. Mío. Mío. Y me aseguraré de que nadie nos separe.

╺✰

𝐃𝐮𝐥𝐜𝐞 𝐚𝐦𝐨𝐫「𝐀𝐦𝐞𝐡𝐨𝐧𝐝𝐮」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora