Única parte.

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Advertencias: Sexo, masturbación y lenguaje inapropiado.

El cuarto estaba lleno de sonidos obscenos, el joven de hebras negras gemía como si no hubiese un mañana, atendiendo impacientemente su entrepierna pese estar tapada por su ropa

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El cuarto estaba lleno de sonidos obscenos, el joven de hebras negras gemía como si no hubiese un mañana, atendiendo impacientemente su entrepierna pese estar tapada por su ropa.

Tocándose y moviendo sus manos, lágrimas mojaban sus mejillas que eran teñidas por un rojo carmesí.

Estaba recostado en la cama, sus piernas perfectamente juntas y sus manos pasando por su pene aún tapado por sus prendas.
Aprovechando que su pareja no se encontraba en el hogar, tendría tiempo para divertirse y autosatisfacerse.

-Mmh, Saigiku...¡Ah!- Gemía el nombre de su pareja, la fiebre creciente en todo su ser desprendía un sudor que encaminaba un río por su frente cayendo en las sábanas blancas.

Manoseandose el bulto formando en su entrepierna, pensaba en las veces en la que su pareja lo había echo morder la almohada, aquellos momentos llenos de placer y lujuria.

Sus cabellos estaban desparramados en la cama, mojados por el sudor.

Desabrochó su pantalón, dejando que la erección que se le había formado respirara y no fuera tan apretada causándole incomodidad y dolor.

Su bóxer estaba mojado por los ríos de líquido pre-semimal, señal a que necesitaba atencion en aquella zona.

Sus ojos lograron abrirse, apesar de tener la vista nublosa por el llanto, llegó a ver la punta de la cama, gateo sobre esta dirigiendose a esa parte.

Al colocarse ahí, la punta hizo presión en su pene, lo cual hizo que empezará a frotarse contra esta, en un intento de conseguir más placer que antes.

Lloraba y gemia al mismo tiempo, aquella sensación era excitante y muy placentera.

Cada vez iba aumentado más la velocidad, aunque fue en vano porque no conseguía el placer que buscaba.

Quería que su novio lo masturbara.

Quería poder saborear la polla de su novio para que luego lo penetrara con esa misma y que lo masturbara, quería que Jouno lo hiciera llorar, le diera duro, mientras lo acariciaba.

Por otro lado, Jouno se encontraba llegando al establecimiento, había sido un largo día en el cuartel de los Hunting Dogs, Tetcchou se había retirado más temprano por qué según el "Se encontraba muy enfermo".

Una simple mentira.

-¡Suehiro, ya llegué! -Grito el albino, aquel día había estado ocupado, por lo cual Tetcchou ceno solo.

Sin respuesta, Jouno se extraño de aquello, usualmente el azabache apenas lo oía iba corriendo a abrazarlo.

Lo busco en la cocina, en la sala de estar, en todos los lugares y nada.

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