OVA 1: Primera Misión

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Aviso: No soy propietario de ningún ánime, imagen, video o personajes que aparezcan a excepción del protagonista. Los créditos van para sus respectivos creadores.

Durante décadas, el Inframundo fue sumido en la peor crisis social de su historia.

Después de finalizar la Gran Guerra Santa, la revolución no se hizo esperar, con la muerte del mismísimo Lucifer y los Reyes Demonios, la opinión social se fragmentó.

Aquellos demonios que descendían directamente de la sangre real de sus señores, decidieron continuar con el sendero destructivo y caótico de la guerra, representando el pensamiento puro de los de su misma especie.

No obstante, la división de pensamientos fue muy pareja, puesto que bajo sus narices, muchos de los pilares del Inframundo que sobrevivieron al anterior choque bélico se opusieron a la continuación de la guerra, rebelándose en contra de sus nuevos reyes y mostrando una ideología democrática como los humanos.

Los rebeldes no sólo contaban con el apoyo de las familias más importantes, sino que tenían bajo sus filas a la mayor generación dorada en su historia.

Además, más desapercibido que los cuatro diamantes a los que los revolucionarios tenían en un pedestal, un rubí de fachada bonita se estaba desarrollando en el arte del combate y estrategia militar, listo para arrasar con el enemigo…

Sala de entrenamiento del ejército revolucionario, 21 horas antes de la primera misión…

-¡Hahhh!- exclamó el chico al lanzar una patada hacia un pilar de roca, teniendo varios sellos puestos en su cuerpo y también una cúpula de poder que lo rodeaba.

¡TISHH!

El pilar voló en varios pedazos, los cuales no llegaron lejos hasta que la gravedad los hizo estrellarse violentamente contra el suelo, dando muestra de que el peso en aquella zona era varias veces mayor al peso común en la superficie terrestre.

El chico en cuestión, bajó su pierna y relajó su cuerpo, el cual estaba muy tonificado para tener unos 12 años aproximadamente.

Los sellos y la barrera desaparecieron, a lo que el chico dio un último suspiro y miró al frente, observando como un hombre castaño de mayor edad se acercaba a él.

-nada mal mocoso, has completado todos las pruebas y te has convertido en el mejor de tu generación- dijo serio y con una voz rasposa que denotaba su edad, haciendo que el chico dé sólo un asentimiento en respuesta -tus resultados en los exámenes denotan la gran capacidad intelectual que tienes, serás un gran comandante en cuanto de inicio esta rebelión-

-…- el pelirrojo no le respondió, sólo se quedó viendo la palma de su mano, callosa debido a los entrenamientos que tuvo como el manejo de la espada o la lanza, levantar montañas enteras sobre su cabeza, pelear contra enemigos de fuego, y así se podría continuar.

-…Bien, eso es todo por hoy, ve a descansar- dijo volteándose y marchándose del sitio, dejando solo al ojiceleste que segundos después también se retiraría.

Una vez llegó a los baños y entró, comenzó a desvestirse y a preparar el agua, dejando a la vista sus fornidos músculos perfectamente simétricos, cosa que despertaría la envidia de varios hombres y la lujuria de ciertas mujeres con shota-fetiches, como de hecho ya le ocurrió una vez con una sirvienta mientras se estaba duchando…

-(ya soy lo suficientemente fuerte para participar en esta guerra, fueron seis largos años de mucho dolor pero al fin podré terminar con este problema)- divagaba internamente mientras apretaba sus puños, mismos que hasta hace unos años eran regordetes, suaves y brillosos por su niñez, pero que ahora se veían ásperos, duros y fuertes -(no me interesa si somos el bando correcto o no, todos sufrimos por igual, hay que parar con esto)-

Guillermo Gremory: Desertor Por Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora