Kim Sunoo es un chico de nueve años con calificaciones de diez.
Sus padres notaron desde que él era muy pequeño que no parecía relacionarse con el resto de niños como debería de hacerlo, él se quedaba sentado y si no tenía nada para distraerse, solo vería a los demás, no se acercaría, no hablaría, no nada.
Y Sunoo estaba cómodo con eso, él disfrutaba mucho del silencio, de encerrarse en su imaginación con un montón de escenarios por explorar.
Incluso había niños que se acercaban y con mucha curiosidad preguntaban por si no se aburría estando ahí, sólo, sin hablar ni hacer nada más que pensar e imaginar.
Pero el de mejillas regordetas respondía que no, que estaba bien así y que de hecho se estaba divirtiendo.
Oh Sunoo, tal vez no debiste decir eso.
Se convirtió en un objeto de burlas desde entonces, y no sólo de sus compañeros de clase, también de su propia familia.
Lo peor era que lo hacían parecer simples comentarios, como sugerencias de crianza dirigidas a sus progenitores.
El infante lo intentaba, incluso pidió a sus padres que le organizaran una fiesta de cumpleaños con muchos niños y dinámicas.
Él quería ser como el resto, así lograría pasar desapercibido, irónicamente, lo haría llamando la atención.
Si él era el centro de todas esas actividades que hacían los invitados y el cumpleañero frente a los adultos, arriba de un escenario donde todos pueden verte, tal vez así todo sería más fácil.
Sunoo sabe que se ríen por ternura pero de forma inevitable siente que se están burlando de él y eso comienza a hacerlo sentir mal, tal vez porque es más bajito que la mayoría de sus primos o está haciendo una cara fea al saltar al ritmo de la música, tal vez por su pésimo intento de querer integrarse, tal vez por no poder estar frente a alguien más que no sean sus padres sin sentir que está haciendo algo mal y se burlarán de él.
Y cuando accidentalmente pisó al hijo de la mejor amiga de su madre y el niño con lunares contrastando su blanca piel, habló sin saber cómo impactaría a Sunoo; reclamó en un tono más bajo del que Kim procesó: —¡Tonto, hazte para allá! ¡No quiero que se me pegue lo rarito!
Sunoo no lo soportó, él bajó inmediatamente del escenario y corrió hacia uno de los baños del salón de eventos donde su cumpleaños estaba siendo llevado a cabo.
Los murmurios se hicieron escuchar al instante entre adultos y niños, mientras que los señores Kim corrían directo a su hijo para darle consuelo.
Cuando la bella mujer se acercó al menor, apartando el cabello sudado de su pequeña frente, sintiendo el pecho doler al observar los ojos rojos y llenos de lágrimas en su niño, su niño bonito. —¡¿P-POR QUÉ YO N-NO PUEDO SER CÓMO E-ELLOS?! —Gritó sin consuelo, partiendo en dos el corazón de los mayores, mismos que lo envolvieron en un abrazo, brindando su calor al dolido chico.
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𝐓𝐢𝐬𝐬𝐮𝐞 | SunKi
FanfictionSunoo es un niño distinto al resto, muy inteligente pero con pocas habilidades sociales. Un día recibe como obsequio al peluche de patito que rápidamente se vuelve en su mejor amigo. Pero lo que nadie sabía es que entre los hilos de ese regalo habit...