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Luna miró a su hermano y luego a George que tenía las orejas muy rojas. Sintió las ganas insoportables de salir corriendo porque la incomodad era demasiada. Charles debía estar esperandola así que la única idea que le surgió era que debía ir al baño.

— em...ya regreso, tengo que ir al baño — anunció levantándose de la piscina rápidamente.

Los ojos de todos se pusieron en ella. George se levantó también de una y la agarro del brazo.

— ¿sabes donde es? ¿Quieres que vaya contigo?— murmuró George mirando a Daniel de reojo.

Tanto como George y ella estaban demasiado incómodos y era obvio que él también quería escapar se la situación, pero iba a ser difícil. Se trataba de Daniel Ricciardo.

— estas muerto, George — se burló Checo haciendo que la piscina completa explotara en carcajadas.

Luna trato de tomar la calma y miró a George negando con la cabeza.

— se donde están, gracias —

Luna se escapo del brazo de George y salió caminando con normalidad entre la gente. En cuanto se dio cuenta de que ya los de la piscina no podían verla cruzó casi corriendo el resto de lugar hasta llegar a la área de los jacuzzi. Ahora ya casi todos estaban vacíos y solo quedaba una pareja cerca del jacuzzi en donde Charles la esperaba con impaciencia. Luna subió las escaleras y entonces entro al agua. Charles, que miraba su teléfono, levantó la vista sonriendo.

— Hola de nuevo — dijo mirando su cara de incomodad y lo fatigada que estaba. — ¿todo bien?—

Luna río aún sin aire y asintió secándose la gota de agua que tenía bajándole por la frente. Charles sonrió sabiendo que estaba bien y se acercó para sentarse a su lado. Al lado de él había una bandeja con frutas y la piñacolada que había pedido antes de desaparecerse. Charles agarró la bebida y se la pasó. Ella dio las gracias y comenzó a tomarla.

— ¿esta deliciosa?— cuestionó girandose para agarrar un pedazo se mango que había en la bandeja.

— Probablemente es una de las mejores que he probado — sonrío con un bigote de piñacolada encima del labio.

Charles se río y con una servilleta la limpió. Por un pequeño momento los dos se quedaron en silencio y Charles, quien estaba muy cerca de ella, observaba sus ojos. Luna sintió las famosas mariposas en su estómago y sentía que debía besarlo ¿pero y si no? No lo hizo entonces. Quien los saco a ambos del trance fue una bulla que se escuchó en el área de las piscinas. Los dos se voltearon a mirar y Charles sonrió. Luna supuso que debía tratarse de los pilotos.

— oye...— comenzó Charles volviendo a verla. — tal vez sea incomoda la pregunta, pero es que me causa curiosidad saber cuantos novios has tenido — preguntó con timidez y con las mejillas rojas.

Luna no se sorprendió por la pregunta. Sabía que en cualquier momento iba a preguntar, era una pregunta totalmente normal cuando hablabas con alguien de forma romántica así que ni le incomodo. A Luna le dio pena contestar porque sabía que solamente había tenido un solo novio en su vida. Tenía diecinueve años y solo había tenido un novio con el que había durado menos de ocho meses el año pasado. No estaba orgullosa de esa relación ni siquiera porque fuera su primera. Había sido horrible y muy tóxica, pero como Luna nunca había sido querida de esa forma le aguantó todo. Todavía se arrepentía, pero ya no había nada que hacer.

—  te vas a sorprender, pero solo he tenido uno...— dijo y volteó a ver a otro lado con vergüenza.

Charles frunció el ceño y Luna lo miró con vergüenza. No sabía porqué, pero siempre para ella era una vergüenza. Todos siempre habían tenido muchos novios. Sus amigas ya había tenido muchas pareja y estaba ahí ella quien solamente había tenido uno y que todavía se mantenía virgen. Rezaba para que no preguntara por algo más privado porque le iba a dar más pena. Alguien como él debía tener ya varias exes o al menos eso era lo que ella pensaba pues era alguien bastante reconocido.

𝘽𝙚𝙘𝙖𝙪𝙨𝙚 𝙤𝙛 𝙮𝙤𝙪𝙧 𝙗𝙧𝙤𝙩𝙝𝙚𝙧 | Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora