Miércoles...
Pov Emilia
Toc toc toc
Ay que sueño
Toc toc toc
Mmmmmm
Toc toc toc
Ahhh
Toc toc toc
— QUEEEEEE – grite, no soporto la gente que viene a molestar...
Estiro mi brazo hacia la mesita de noche, tanteando el reloj, para ver la hora
Era seguro que era muy temprano, porque mis ojos no querían abrirse y no eran ni mis pestañas, ni mis lagañas
Abrí un ojo con pereza...
Aún seguían tocando y no me iba a levantar, si esa cosa decía que era temprano
11:30am
Mierda... es tarde
Me levanté como alma que lleva el diablo a ver de quién se trataba
Baje las escaleras corriendo y me caí, tenía una bata que me llegaba al suelo, la pise y el resto es historia
Me importo muy poco mi cabello y mis ojeras que podrían llegar al suelo
Yo quería saber, quien vino a molestar a mi casa y si era Julio le lanzaría un tobo de agua
Aunque no podría ser él
Al cruzar el umbral de la cocina, me provoco un pedazo de pan y lo tome de la encimera
Total si quería hablar conmigo, esperaría
Le di un mordisco y lleve una mano a mi ojo a sacarme mis lagañas
Cuando crucé el pasillo, ví a...
Ricardo...
Yei...
Entiendan el sarcasmo
Lo mire con ojos pesados, mi vestimenta no era la adecuada, pero no me importaba, me había visto crecer
Me había visto en peores
— ¿Que pasa Ricardo?– dije con voz perezosa
El susodicho sonrió
— No me digas que recién despiertas – levanté el pan y lo lleve a mi boca y asentí, sin ganas, quería mi cama
— Abre, traje desayuno – puedo jurar que mi mirada se iluminó
Y fui casi corriendo a abrirle, cómo decirle que no a eso
Al abrir, entro con una mueca en su cara, le hice un movimiento con la cabeza para que me acompañara a la cocina
Y estando ahí lo senté en el taburete, tomé la bolsa del desayuno
Y le fui desatando el nudo
Y observé el contenido
Pastelitos de hojaldre, pan de guayaba, palmeritas, dos jugos de manzana y...
— ¿N-o has desayun-ado? – indague con una ceja alzada, no se si me había entendido
Podía sentir su mirada, seguramente se preguntaba como podía sacar las cosas con el pan en la boca, también que era lo que acababa de decir
Así que el pan de mi boca
— ¿No has desayunado? – dije con claridad
— Entendí la primera vez– rodé los ojos, odioso – y sí, ya he desayunado, pero quise comer contigo, no creas que me iba a quedar solo viendo
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La calle de atrás
RomanceA veces los amores de nuestra infancia, son los de toda la vida