Introducción: parte I

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Fanfic song: "No Bravery" by James Blunt

[Principios de invierno de 2941 T.E., final alternativo a la Batalla de los Cinco Ejércitos. Todos los acontecimientos citados en la intro ocurren al mismo tiempo, con posibles salvedades que se especificaran]

~Dos días tras la Batalla de los Cinco Ejércitos~

Amanecer, en algún lugar de Valle...

Tras la batalla librada entre elfos, enanos y hombres contra los orcos de Azog a los pies de la Montaña Solitaria y en las calles de una Valle desolada por el terror y la angustia, nada había vuelto a ser lo mismo. Las pérdidas habían sido grandes, todos lloraban de tristeza y rabia aún a expensas de haber ganado la guerra. Todos lamentaban aquel trágico final, pues la victoria se sentía amarga, y más aún sabiendo que muchos amigos, familiares, seres queridos ya no estarían con ellos ni siquiera para contemplar aquel panorama tan tétrico.

Entre tanta consternación, un hombre caminaba lentamente por la todavía devastada ciudad, contemplando con horror cómo el destino en ocasiones es muy injusto. Mirase donde mirase sólo veía frustración, acompañada de agonía y desgracia. Lo único que les quedaba lo habían perdido y ahora se encontraban en una situación desesperada, pues debían empezar desde el principio de nuevo, como la última vez muchas generaciones atrás. Pero si sus antepasados pudieron sobreponerse ante la dificultad y superarla, ¿por qué ellos no? ¿Acaso no eran valedores descendientes de los Hombres del Norte? Ahora más que nunca debían ser fuertes, y unirse para salir adelante con lo poco que tuviesen. El hombre seguía su marcha a paso lento, pues el cansancio todavía le hacía mella tras la dura lucha contra aquellos enemigos que ansiaban por encima de todo erradicar al resto de las razas de la faz de la tierra y convertirse en los amos del mundo.

"Qué dura e injusta es la vida..." -pensó. Su mente se hallaba en un estado de desconcierto y confusión, mezclado con ira y tristeza. Quería llorar, por sus gentes, por los que se habían ido, por las pérdidas acumuladas, pero no lo hizo. No debía hacerlo, debía soportarlo y demostrar que era fuerte. No podía hundirse, no ante ellos.

Así llegó hasta una de las almenas de la muralla que aún seguía en pie justo al tiempo que el Sol se mostraba por levante de aquel día de principios de invierno, y contempló la extensa llanura que llevaba a las puertas de Erebor, marcada por las muestras del enfrentamiento que allí había tenido lugar hacía un par de días. El viento frío del norte soplaba y sus cabellos negros y ondulados se movían a su son, su piel sentía la brisa gélida que le hacía fruncir el ceño todavía más, su rostro con heridas mostraba las secuelas del combate. En un acto inconsciente cerró ambos puños, mostrando así su descontento ante la situación que estaba viviendo, mientras en su cabeza se arremolinaban mil preguntas, pero una prevalecía sobre las demás: ¿Qué iba a pasar ahora?

Y permaneció allí, quieto, pensativo, furioso, durante un largo rato, sin percatarse de que otra persona había llegado y se encontraba a sus espaldas, también en silencio. Finalmente, el recién llegado se acercó al hombre y apoyó suavemente la mano en su espalda.

-Padre...

Ante el contacto y aquel susurro, Bardo, el arquero de Esgaroth, se giró y contempló a su hijo, pasando el brazo por sus hombros para acercarlo a él y abrazarlo. El chico se dejó hacer, apoyando la cabeza en el pecho de su padre, manteniendo el abrazo unos instantes y agradeciendo el amor paternal. La batalla también le había afectado seriamente, pues no dejaba de ser un niño. Manteniendo el abrazo preguntó:

-Padre, ¿qué haremos ahora? ¿Qué va a pasar?

-No lo sé hijo, no lo sé... -dijo Bardo tras un suspiro de resignación. Se separó un poco del muchacho para mirarle a los ojos, que vio que tenía vidriosos- Pero lo que sí sé es que pase lo que pase debemos permanecer juntos y no hundirnos, cueste lo que cueste. Tienes que ser fuerte y sobreponerte Bain, tus hermanas nos necesitan y el resto de las gentes de Esgaroth igual. Tenemos que demostrar nuestra valía y fuerza para salir adelante, sin vacilar. ¿Lo entiendes?

Crónicas de la Tierra MediaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora