-¿Simplemente le pegaste?- Me pregunto una muy histérica Tamara mientras nos acompañaba a mi casa.
-Yep, simplemente le pegue-. Murmure con la boca llena de Nutella. No pregunten de donde la saque.
*Flashback*
-Tu, yo, sábado por la noche-. Gruñi y lo mire con mi "mejor" cara.
-Tu, yo, nunca-. Le guiñe un ojo y lo seguí ignorando el resto de la clase, cosa que no fue muy posible ya que cada dos minutos insistía hasta que... Bueno... Lo "acaricie" en la cabeza con un poquiiiito de fuerza.
*Fin del flashback*
-Y por eso tengo detención mañana-. Tamara estaba por gritarme hasta que salí corriendo hasta mi casa. Y a todo esto se preguntaran ¿Y Jake? Bueno, el retrasado mental esta caminando por detrás de nosotras con sus audífonos puestos ya que ni bien salimos del colegio dijo que no quería escuchar nuestras conversaciones de chicas y se decidió a ignorarnos. Todo un amor
-¡Camila Brooks vuelve aquí ahora mismo!- Y corrí y corrí hasta que llegue a mi casa, abrí la puerta y la cerré en sus narices y corri a mi habitación. Me escondí debajo de la cama, como toda persona sensata y escuche un portazo.
-Estoy muerta...- Susurre para que no me oyera la fiera, digo, Tam.
-Camila... Tengo nutella...- Mire mi mano y... ¡Mierda! No estaba allí. No caigas en la trampa, no caigas. Escuchaba como los pies de alguien, posiblemente Tamara, recorría el pequeño departamento. "Debería haberme escondido en el armario" pensé con el corazón a mil. Asome la cabeza cuando no escuche más ruido y sentí como me tiraban hacia fuera. Grite a todo pulmón totalmente asustada y comencé a moverme como pez fuera del agua, tratando de zafarme.
-Te callas o no te doy nutella- Cuando escuche la voz de Tam me tranquilice y me quede quietita mirándola. Estaba arriba de la cama, no se en que momento llego allí, es una puta ninja.
-Casi me infartas Tamara- Fruncí el ceño y tome la nutella que me extendía. Cuando mire el pote estaba vacío. Mire a Tamara con mi peor mirada y se encogió de hombros simplemente.
-Morirás...- Le sonreí sínicamente y la vi retroceder hasta que cayó de la cama. Como buena amiga que soy, ¿Qué hice? me empecé a reír a carcajadas rodando en el suelo. Deje de reírme en cuanto Jake asomo la cabeza por la puerta y volví a reír. Al parecer hacíamos mucho ruido pero no me importo, continúe riendo.
*Luego de un rato y un par de golpes*
Nos habíamos calmado gracias a Jake, que nos golpeó un poco como todo un amor que es. Tamara se había ido hace un rato ya que estaba entrando la noche y sus padres la matarían. "Si supieran..." Suspire recordando cómo nos escapamos con ella por las noches para salir a bailar. Estábamos tumbados en el sillón, yo con las piernas sobre el regazo de él, y mirábamos televisión. Llegado un momento mi estómago gruñía demasiado así que empecé a quejarme.
-Jake... Jakesito...- Le dije con voz melosa. Siempre usaba esa voz cada vez que quería algo, y él lo sabía. Me miro, alzo ambas cejas y le señale mi estómago.
-No cocinare, toma las sobras de anoche, yo ni tengo hambre- Dicho eso volvió a prestar atención al televisor. Gruñí y me levante arrastrando los pies hacia la cocina. Abrí la heladera y tome lo que quedaba. Lo metí en el microondas y lo mire girar, esperando que caliente. Sonreí cuando se acabó y me puse a comer como toda una gorda, literal. Me había servido un plato gigante de pasta que había quedado del otro día, yo solita me lo estaba comiendo, cuando era como para tres personas. Termine y lo deje para lavar, no tenía muchas ganas en este momento de hacerlo. Fui a ver a Jake y estaba dormido. Apague el televiso y fui por una manta para luego colocársela encima. Lo hubiera cargado pero no podía, era muy grandote para mí. Le bese la frente y me fui a cambiar para acostarme. Me puse mi cómodo pijama a rayas y me acosté tapándome hasta el cuello, tenía un poco de frio. Cerré los ojos pero mil cosas pasaban por mi mente, haciendo que me cueste dormir. Al final me quede dormida varias horas después, con un solo recuerdo en mi mente, ángeles.
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Tenshi
Teen FictionLo único raro que había en mi vida eran mis ojos, luego, era todo absoluta y completamente normal. Hasta que llego el, claro. Y no, no es la típica historia de amor que termina con todos felices y enamorados, casándose en una iglesia. Solo un consej...