𝙴𝚡𝚝𝚛𝚊 𝟺: 𝙻𝚊 𝙹𝚊𝚞𝚕𝚊

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【Malek- 𝟷6 𝚊ñ𝚘𝚜】

El mundo rugía a nuestro alrededor mientras Lion me llevaba con los ojos vendados por un pasillo. Tuve que morderme la lengua en cuanto alguien me tocaba las piernas o intentaba agarrarme, pero mi compañero en este infierno respondía dándole un puñetazo y le decía alegremente "No, no, no. No agarres a mi cachorro o te romperé los dientes". 

Era escalofriante.

Era capaz de escuchar objetos metálicos atizándose sobre superficies para que todo fuera similar a un ejército. Resonaba, retumbaba y hacía que mi corazón se agitara en mi pecho con tanta fuerza que temí sufrir un ataque. Pero no paré de caminar ni agaché la cabeza. La mantenía alta, pese a no ver mi camino, y confié en el brazo de Lion que estaba enrollado al mío como una serpiente. Notaba sus tirones cuando tenía que darle un puñetazo a alguien, el intenso fútil de provocarme físicamente por el roces de su torso bajo la deshilachada camisa de leñador; también las caricias de sus dedos. Lion era sutil, paciente y vago. 

Podía recordar que todo me pareció una eternidad pese a movernos en línea recta en la mayoría de las veces, dando pequeños giros y subiendo escaleras. Otras bajando. Era confuso saber exactamente cuántos niveles había o, como mínimo, en cuál estábamos nosotros encerrados desde hacía casi tres años. La gente hablaba demasiado fuerte, todo apestaba en exceso a tantas cosas que ni un perro podría reconocer algo en concreto, tenía una pelota en el centro del estómago; y la única forma que tenía de mantenerme cuerdo era pensar en él. En ese chico: Aswan. Recordarle reírse con su hermano a lo lejos hacía que todos mis pensamientos hicieran cientas de preguntas, lo que hacía todo eso más ameno.

—No tengas piedad —me susurró Lion al oído antes de que giráramos a la izquierda—. Tampoco pierdas el tiempo en elegir tu arma en el caso de que alguien os tire de todo. Hasta un tomate podrido puede ser útil, nunca lo olvides: Sé inteligente. Sé rápido. Sé letal.

Asentí en silencio. 

Para cuando llegamos a nuestro destino, la barahúnda de sonidos se había desperdigado y Lion me quitó la venda de los ojos nada más detenerlos en una bifurcación de enormes asientos de piedra. Me sentí como en un coliseo, donde en el centro de una plataforma había —literalmente— una gigantesca jaula de acero y el mundo a nuestro alrededor se centraba en tomar los mejores asientos. Los primeros estaban reservados para los que tendría apodo de animal, los segundos para sus "favoritos" y hacia arriba todos los demás. 

—Mira ahí —Lion me señaló el palco que sobresalía de la asquerosa pared de la catacumba.

Ahí estaban ellos, Snake y Papillon. Era la primera vez que veía a personas tan importantes observándome desde las alturas, como dioses. Indudablemente me incliné en su dirección y Lion me dio unos golpecitos en la cabeza para dejarme claro que fue una buena respuesta. Era una norma, aquella que no me convenía ignorar aunque yo por esas personas sólo sentía repudio y resquemor.

Snake era un hombre enorme, recordándome a Juls: Tenía el cabello teñido de un verde tan oscuro como las hojas en verano, hasta la altura del pecho, y lacio. Máscara de pitón. Tal era su altura que su cabeza prácticamente estaba a nada de golpear la parte superior del palco, lo que le echaba un mínimo de dos metros sin ninguna duda. Ancho de hombros, brazos muy largos, y la chupa de cuero negro relucía por el mate de las luces que iluminaban el lugar. Imponente. Peligroso. Impenetrable. Distante. 

Papillon, por el contrario, me lo imaginaba como una mujer... pero era un hombre. A diferencia del primero, Papillon era bastante bajito —quizás midiendo un metro sesenta— y tenía el cabello de colores con un corte bastante moderno; su cara, lejos de llevar una máscara de animal, en su lugar llevaba una representación pictórica sobre mariposas de colores y unos ojos marrones dentro de esa protección facial. Esbelto, y nervioso. Saludaba a todo el mundo en un frenesí y lanzaba besos desde las alturas cuando alguien pronunciaba su nombre a modo de clamor.

𝐎𝚋𝚜𝚎𝚜𝚜𝚒𝚘𝚗 [En Inkitt como "Bad Temperament"]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora