Te fuiste

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Te fuiste 

dando portazos 

y arrastrando 

todos nuestros abriles.

Te fuiste 

sin emitir una sola palabra,

sin dedicarme una mirada 

robándome hasta el privilegio 

de preguntarte si me amabas.

Te fuiste 

como esas estaciones 

o como las noches y los soles 

 —los cuales uno tanto anhela—, 

pero cuando se van 

sólo quedan amarguras, penas, 

y cuotas de tristeza.

Te fuiste 

como mi corazón entre tus manos 

con mis mejores y dedicados años 

dejándome tus besos 

(crueles, pobres e infieles)

entre mis labios

Te fuiste 

y me quedé con el alma 

en carne viva, 

con la piel perdida, 

con mis ojos sin su picardía.

Te fuiste, 

pero tus recuerdos son 

mi laberinto sin salida.

Poesía negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora