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Desde luego si le dieran un premio a Alex por puntualidad, en el discurso el agradecería la obra de arte contemporáneo que es su profesor de historia.

Las cuatro horas semanales estaban divididas en bloques de dos, ambas empezaban a primera hora Lunes y Jueves ¿quién querría ir un Lunes a las ocho de la mañana para comerse toda la historia de su país? Pues Alexis Torres.

Sentado en la segunda fila (porque en la primera se sentía demasiado expuesto) Alex se encontraba esperando ansioso el sonido del timbre, quieriendo empezar la clase cuanto antes.

Podrían catalogarlo como nerd, pero conocía toda la teoría, solo para poder rebatir algunos puntos al hombre, aunque la timidez le ganaba la mayoría de las veces y otra persona levantaba la mano y terminaba por llevarse el mérito que le corresponde.

Era totalmente incapaz de hablar con él más de lo estrictamente necesario, en el fondo envidiaba a todas las personas de su clase que consiguen hacerlo, incluyendo pequeños intentos de coqueteo, al menos el señor Ruben los ignoraba.

Alex dirige su mirada a la puerta, encontrándose con el cuerpo del adulto de espaldas mientras trataba de entrar al aula.

-Tengo el temario atrasado ¿no puede ser en otras clases?-Alex frunció el ceño, tratando de escuchar lo que la mujer detrás de la puerta le decía. Reconoció la voz de la directora del centro, pero no alcanzaba a oír sobre qué hablaban.

Finalmente, su profesor pudo entrar y cerrar la puerta, lucía totalmente impecable; envuelto en una gabardina color café y un maletín de cuero marrón en su mano, cargaba una extraña pila de papeles en su mano contraria.

-Buenos días-Hablo, dirigiéndose a la mesa del profesor, hubo una respuesta grupal en forma de saludo, por parte de los pocos alumnos que habían en el salón-Puedo ver que la asistencia sigue su curso, vaya.

Peter observó a través de su celular que aún quedaban tres minutos para que sonase la campana, busco en la mochila para sacar los útiles de clase que necesitaba.

-Torres.

Dio un respingo y rápidamente se enderezó para mirar al frente, encontrando al hombre envuelto en uno de sus típicos trajes, que le quedaban de muerte, tres piezas grises, sumando una corbata roja y camisa blanca, tanta ropa que Alex soñaba quitar poco a poco.

Mojo su labio inferior y sacudió su cabeza, lucía molesto.

Ruben le hizo señas para que se acercara y cómo se tratase de un amo llamando a su perro, el cuerpo del adolecente se levantó rápidamente y caminó hasta la mesa, el profesor se apoyó en un lateral de esta, sosteniendo una encuadernación en sus manos .

Esas manos, tan grandes, tan poderosas y sin anillo de compromiso, ni marcas que simbolizan que habría podido llevar uno antes.

''Calmate Alex.''

-Quería hablar con usted, su ensayo sobre la guerra de sucesión es brillante-Alex volvió a respirar con cierto hinchazón de orgullo en su pecho, había puesto muchísimas ganas en ese trabajo adrede-Información concisa, imágenes justas pero precisas, muy bien ordenado y hasta la bibliografía está bien hecha, además, he decidido que la forma de presentación le suba la nota, ya que se ha molestado en encuadernarlo-los ojos del niño estaban fijos en el trabajo entre las manos del hombre, no se sentía capaz de mirarlo a la cara-Le he puesto un ocho sobre diez.

Y en ese momento alzó su cabeza, observando al adulto con confusión.

-Ha sido el trabajo más brillante de la clase, pero la idea principal era una exposición, para alcanzar el diez y poder subirle el punto entero, necesitaría de una exposición oral delante del curso.