La casualidad

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*narra Maria*

Estar con Marcos no me habia parecido tan aterrador como en ese momento. Aunque Gavi no me lo hubiese dicho sabía con seguridad que la paliza se la había dado Marcos.

Me había quedado muy preocupada pero sabía que si estaba con Lucia estaría bien. Me sentía muy culpable, le habían dado una paliza por mi culpa y no había llegado a tiempo.

Tras terminar de discutir en el estadio tuve que volver con el, mi plan no salió exactamente como esperaba y a los pocos minutos ya tenía la foto de nuevo.

Al menos Lucia pudo conocer a Mount y fue una de las escenas más graciosas de mi vida, se puso súper nerviosa. Luego Marcos me busco con su coche y me trajo a su casa, tenia mucho miedo, no sabía lo que era capaz de hacer si estaba enfadado y la verdad es que estaba echo una fiera.

— Pero tú te crees que puedes coger mi móvil sin mi permiso y borrarme esa foto -dijo gritándome y lo encaré-
— Y tú te crees que puedes tenerme cohibida aquí contigo -le grite yo a él también- me estás apartando de mis amigos y ya se ha visto como eres o crees que la gente del estadio no nos ha visto
— La gente del estadio me la pela
— Claro que no te la pela a ti solo te importa tu imagen y cómo quedes ante la gente -no me contesto- ¿ves?
— No quiero seguir discutiendo contigo vete
— Será todo un placer -dije cerrando la puerta de un portazo y yéndome de allí-

*narra Gavi*

Lucia y yo nos levantamos al día siguiente, aun seguía dolorido y los médicos me dijeron que si quería jugar el partido contra el Madrid debía de tener reposo y anoche reposo no es lo que tuve precisamente. Quería reventar tanto al Madrid como a Marcos, así dejaría de una vez en paz a María y ella podría estar conmigo y con los demás como antes.

Quería llamarla pero sabía que si estaba con Marcos y veía mi número se pondría echo una fiera y ella pagaría las consecuencias y eso era lo último que quería así que le dije a Pedri que si la veía en el instituto la trajera aquí después de las clases para estudiar.

Me lleve toda la mañana aburrido, no podía jugar al fútbol y estudiar sin María era lo ultimo que me apetecía, ya me sentía tonto por no poder entrenar así que si me ponía con mates o química ahora me explotaría la cabeza.

La mañana se me hizo eterna pero por fin vi a Pedri llegar junto con María los cuales venían charlando y riendo, ¿donde estaba Lucia? Se suponía que iba a venir hoy.

— ¿Y Lucia? -dije nada más verlos entrar-
— Hola a ti también enamorado -dijo Pedri riéndose de mi y yéndose a su habitación a por los libros-
— La ha llamado su padre y se ha tenido que ir supongo que sabrás cómo es -dijo María-
— No ¿como es? -pregunté confundido ella nunca me había hablado de su padre-
— Mejor que te lo cuente ella ¿como estas?
— He estado mejor la verdad -dije de broma pero maría me miró preocupada- tranquila no es para tanto
— Perdón fue mi culpa si te hubiese echo caso desde el primer momento nada de esto habría pasado -la frené levantándome del sofá y dándole un abrazo cuando vi que una lagrima se le callo-
— No te sientas culpable por eso vale
— Es que lo soy
— Era una cosa que llevaba queriendo hacer desde hace mucho tiempo estaba esperando la excusa perfecta -sonrio- así estás más guapa
— ¿Como vas con Mates? -me pregunto-
— Va más perdido que tú en un partido de fútbol -dijo Pedri apareciendo y nos reímos-
— Que no sepa que es un fuera de juego no significa que no sepa de fútbol -dijo- venga vamos a estudiar

Estuvimos todo el día estudiando y riéndonos de lo mal que se me daban las matemáticas, el examen era mañana y como no aprobara María me iba a matar.

Pedri había ido a por Lucia para cenar y quedarnos aquí a dormir, aún tenía mucho que estudiar pero cuando llego Lucia fui hacia ella y la aparte

— Me han dicho que has estado con tu padre ¿todo bien? -ella asintió dándome un beso-
— Si está todo perfecto puede ser un poco exigente pero eso es todo -dijo-
— ¿Seguro?
— Si seguro ¿como llevas mates? Yo no tendría la paciencia de María con ustedes -rei-
— Bueno a lo mejor sacó un 4 -dije-
— Ya verás que no