Voten y comenten que les ha parecido el capítulo. Soy nueva y me gustaría que aportaran sus opiniones. Muchas gracias. Sean felices!
-Summer Brown , levántate ahora mismo o iré a buscarte!- gritaba mi madre desde la cocina.
-Ya voy mama!- grité como una desquiciada mientras me levantaba de mi hermosa casa. Me encanta dormir, es más, me casaría con mi cama si eso
fuera posible (espero que algún día lo legalicen).
-Summeerrrrrrr!!!!!- gritó mi madre enfurecida desde las escaleras.
-Cinco minutos más mama, ya casi estoy lista!- respondí entrando al baño.
Hoy era domingo y como todos los domingos debía acudir a la iglesia con mi familia. No era algo que me agradase demasiado, ya que debía madrugar un montón. Y perder horas de sueño en fin de semana no me gustaba nada, pero debía hacerlo si no quería ganarme un buen castigo por parte de mi padre.
Entré en el baño para asearme un poco, ya que mis pintas por las mañanas eran bastante vergonzosas. Me lavé la cara y los dientes, peiné mi cabello en una trenza de lado y salí hacia mi armario. Cogí uno de mis vestidos favoritos :
floreado , largo hasta por debajo de las rodillas y bastante recatado. Ya que mis padres no me permiten mostrar demasiada carne. Esa era una de las peculiaridades de tener un padre estricto y una madre beata, vestir como una monja. Una vez me puse el vestido y me calcé mis adorables converse negras salí de mi habitación o cueva (como me gusta llamarla) para bajar las escaleras rumbo a la cocina encontrándome una estampa no muy agradable. Mientras mi madre se encontraba haciendo sus famosas tortitas con mermelada de fresa( con una cara de enfado que asustaría hasta a Jack el destripador), mi padre y mi hermano Jason se encontraban devorando un plato de tortitas recién hechas.Y cuando digo devorando es devorando literalmente, puesto que ambos tenían la cara y las manos llenas de mermelada. Cuando los miembros de mi adorable familia (notese el sarcasmo) se percataron de mi presencia se produjo la tercera guerra mundial como no capitaneada por Julie Brown osea se mi madre.
-Summer cuantas veces te he dicho que debes despertarte más temprano! Siempre llegamos tarde a la iglesia por tu culpa, hija eres un desastre!- gritó mientras me dejaba un plato con tortitas y un vaso de leche en mi lado de la mesa.
-Lo siento mama no volverá a pasar!- dije poniendo mi mejor cara de niña buena y arrepentida.
-Hija deberías hacerle más caso a tu madre!-añadió mi padre.
Después de un sermón de al menos media hora sobre mi complejo de marmota y mi falta de puntualidad, salimos de casa dirección al parque de diversiones (vale no exactamente) , más bien hacia el aburrimiento absoluto, la iglesa.
Lo único bueno de ir es que puedo ver a mi mejor amigo, Adam. Él y yo nos conocemos desde el jardín de infancia,por lo que practicamente nos hemos criado juntos. Por esa misma razón mis padres adoran a Adam y lo tratan como uno más de la familia, ya que saben que no es una amenaza sentimentalmente hablando. Al llegar a la iglesia me dirigí hacia mi asiento habitual encontrandome con la silueta de mi mejor amigo.
-Hey Adam!-dije con mi mejor sonrisa.
-Hola saltamontes!Que sexy estás esta mañana!Juraría que ese vestido lo he visto en algún sitio-dijo poniendo cara de estar pensando.
-Adam.....-dije con cara de enfado.
-Ah si!En la lista de los 10 trucos más usados para continuar siendo virgen después de los 16!-dijo riendo por lo bajo intentando no captar las miradas acusadoras de nuestras madres.
-Adam cállate siempre estás con lo mismo!-comente exasperada.
-Cariño no pararé hasta conseguir que te desfloren!-añadió con una sonrisa pícara.
-Pierdete Adam eres insoportable!- dije conteniendo la risa.
-Si si pero me adoras!Cambiando de tema ya se lo has dicho a tus padres?-dijo con cara de desaprobación.
-No.Todavía no he encontrado el momento.-dije con cara de pena.
-Pues apúrate porque los secretos tienen las patas muy cortas.-comento con seriedad.
-Lo sé.-añadí levantandome para dar comienzo a la homilía sin dejar de pensar en como revelaría mi pequeño gran secreto.
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Entre mi cielo y tu infierno
Ficção Adolescente"Las chicas buenas van al cielo, las chicas malas van a donde quieran ir " Adrien C. Sus palabras retumbaban en mis oídos cada vez más fuerte, mientras él seguía intentando descifrar mi elección, yo ya había decidido mi camino...hacia su infierno...