Capítulo 2

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En un callejón iluminado por el sol un joven adulto vestido en una bata azul entro a un café, siendo bien recibido por la camarera y recibiendo un saludo informal de parte de un hombre trajeado y con gafas.

—Shinichi-San, por aquí, por aquí —Le dijo el hombre de traje haciéndole señas para que se siente en la misma mesa con él— ¿También está sintiendo éso?

—¿Eso? ¿Qué es éso? Todo ha estado tranquilo, casi sin problemas realmente, Kijino —Saruhara le dijo tratando de recordar algo que le pudiera pasar que fuese extraño—

—¿Realmente no lo sientes? —La camarera se acercó dejando un té de yerbas negras vacío con una cuchara pequeña a un lado— No hemos combatido con nadie en una semana entera.

—¡Eso es! Y además de eso los Juuto tampoco han aparecido, o los Hitotsukis... —Kijino decía preocupado pero a su vez relajado tomando su café, aunque se relajó tanto que parte del café se le cayó encima, provocando que Haruka se alarme y le tire cervilletas—

—Hmm, realmente no hemos hecho nada desde la última vez que un Hitotsuki apareció... —Saruhara agitó un poco su té con la cuchara y después de tomar un sorbo imaginario dijo — Ahora un Haiku:

"Fuego intenso
Nunca debes olvidar
Largo verano"

Saruharu fue cortado de su línea de pensamiento por un cumulo de servilletas que le tiraron su té de yerbas al regazo, aunque no se quemó al estar vacía igualmente se molestó.

—Estas no son formas de tratar a un cliente frecuente, es poco profesional

—¿De qué sirve que seas frecuente si nunca pagas tus cuentas? Maestro pobre —Haruka se notaba enojada dándole esa respuesta—

—Yo pago con mi servicio como maestro y miembro de Don Brothers —Saruhara le replicó apuntando mientras se asicalaba su bufanda retorcida—

—¡Ah! Jefe ¿Eso es cierto? ¿Siempre pudimos tener comidas gratis? —Haruka se giró y caminó directo a la barra para hablar con su jefe quien estaba leyendo un libro cuya tapa era roja—

"Todavía me duele el café caliente ¿Me dan otra servilleta?" Las palabras de Kijino cayeron en oídos sordos.

—... ¿Quién dijo que se la cobraba a ustedes? —De manera lenta y calmada le respondió a Haruka sin apartar su mirada del libro— Pero si quieren saber cuánto deben cada uno de ustedes, siempre puedo sacar los recibos.

Al oír esto todos se acercaron para saber más de esto, El jefe; un hombre joven y que contaba con un corte elegante y bajo, sacó de debajo de la barra del café una caja y comenzó a sacar recibos, tras recibos de las comidas, todos con los nombres de los miembros de Don Brothers.

—P-pero... Esto es... —Kijino comenzó a leer el valor total y comenzó a hacer cuentas—

—Jefe, yo... No sabía que... —Haruka parecía que en cualquier momento caería al suelo—

—¿Ven? Comer con la imaginación no solo te ahorra dinero, sino que también te da una cuenta más bajá —Saruhara se sentía como el vencedor de esta contienda improvisada—

—Ah, si, como solo consumes con nuestros platos vacíos, aqui estan los recibos de agua, gas y cuánto usamos de jabón. —Otra caja salió de debajo de la barra, haciendo que Saruhara colapsara repentinamente al suelo, seguido de Haruka y Kijino al ver que las cuentas eran correctas— ¿Mmm?

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