Egresados

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Toda la selección estaban atrás de un galpón, donde estaban los micros, por motivos de tener privacidad para descansar antes de empezar la caravana, el lugar era campo y ellos estaban bajo una arboleda.

-Pero, Pablo, que rompe huevos que sos, no es necesario, el sol no está tan caliente ¡AY!- De Paul recibió un chirlo por parte de Scaloni. Pablo como buena mamá pollo, acaricio donde Rodrigo había sido golpeado.

-Nene, guarda la boca y hacele caso a Pablito, no queremos ser responsables de 20 monos con insolación-

Cuti, Beckham y Enzo se le estaban cagando de risa mientras esperaban a que Pablo y Leonel terminen de ponerle protector solar al resto.

"Hasta que no estén todos, nadie sale a festejar" había declarado Scaloni. Aunque todos se quejaron, acataron y ahí estaban, sentados como indios en el pasto, esperando sus turnos.

Scaloni se distraía cada vez que Pablo le decía algo, pero ¿cómo no hacerlo? Si estaba con un piluso celeste que lo hacía más tierno de lo que ya era y ni hablar de la mirada de concentración y amor que tenía mientras masajeaba a los chicos. Era afortunado de tener un amigo tan hermoso y paterno, se complementaban perfecto. Y ni le hagan pensar sobre los corto circuitos que tenía su cuerpo cada que sonreía, achinando sus ojitos.

Aunque todos creian que ya estaban casados, en realidad, luego de años seguían dando vueltas, más que nada por parte de Scaloni, quien fingía que solo era amistad, a pesar que hasta el mismo Pablito sabía que su amor era correspondido.

-Señor scaloni, disculpe pero me está metiendo crema en el ojo- menciono un muy tímido Julián con un ojo enrojecido y lloroso.

-Ay, ya de vuelta se puso a pensar en su amado payasito- Menciono divertido el Dibu, Lionel sonrojado intentaba que no le arda más el ojo al pibe. Mientras Pablo miraba a Scaloni con ternura, ya tendría tiempo de agarrarlo y hablar seriamente con él. Los chicos se seguían burlando de Scaloni hasta que con una mirada enojada los hizo quedarse quietitos en su lugar.

-Bueno, basta, Juli perdón, vení Lauti-

-Donde está Messi?- Pregunto Rodrigo, el guarda espaldas de Messi según los pibes.

-Culiao, debe estar escondido de vos- Le dijo el cuti, todos sabían que De Paul lo veía a Messi como si un hermano mayor fuese y como típico hermanito menor rompe pija, lo quería seguir a todos lados, pobre Capitán.

Por otro lado, Messi y Kun estaban escondidos atrás de un árbol comiendo papas fritas que el chófer les había regalado a ellos solo. Como Messi era responsable había sido el primero en ponerse protector y luego ponerle al Kun, siendo liberados de esperar con el resto.

Sus manos entrelazadas, la cabeza de Messi en el hombro de Kun y ambas bocas llenas de papas fritas, si lo vieran los demás serían capaces de robarles las papitas de la boca, porque por motivos deportivos todos estaban bajo estricta dieta y conseguir pavadas era bastante costoso. Pero por eso estaban alejados, Messi no quería compartir y Sergio como buen gobernado acato órdenes.
Estaban contentos, Messi aún no podía creer que habían ganado el mundial y el Kun estaba en una, como siempre, pero el sentimiento era el mismo, tanta mística, tantas manifestaciones, macumbas, rezos, hicieron de todo para no perder la fé ni las esperanzas.

-Che, gordito,- Un golpe en su cabeza no lo dejo terminar.

-Gordito mí pito, boludo-

Messi suspiro pesadamente, le había dicho a Sergio que estaba más grandote y Kun lo había tomado medio a mal, pero no le entraba en la cabeza que el hecho de que esté más grandote a Messi lo calentaba demasiado, se sentía chiquito al lado de el, cosa que cuando eran jóvenes no ocurría, ya iba a tener tiempo a solas con él para hacerle entender su punto de vista y tal vez que no le molesta para nada si deja de cuidarse un poquito, obvio si él quiere eso.

Caravana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora