Capitulo uno.

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Bradley acababa de mudarse a la casa de enfrente. Era un día soleado y mientras desempacaba sus cosas, notó a un joven sentado en una banca en el patio de la casa vecina, inmerso en un libro. La curiosidad lo venció y decidió acercarse para conocerlo.

— Hola —saludó Bradley con una sonrisa cuando estuvo lo suficientemente cerca—. Me llamo Bradley uppercrust. Acabo de mudarme aquí junto con mi familia.

El joven pelinegro levantó la mirada, sus ojos mostrando una mezcla de sorpresa y recelo. Bradley pudo notar que bajo sus ojos negros, había pequeñas ojeras. El pelinegro asintió ligeramente en reconocimiento, pero no dijo nada. Bradley, un poco desconcertado, decidió seguir hablando.

—¿Cómo te llamas? —preguntó, esperando una respuesta.

El joven mantuvo su mirada fija en Bradley, pero sus labios permanecieron sellados. Después de unos momentos incómodos, Bradley se dio cuenta de que no iba a recibir una respuesta verbal. Sin embargo, el libro que el chico sostenía llamó su atención.

—Veo que te gusta leer. ¿Qué estás leyendo? —intentó de nuevo, señalando el libro.

El joven, después de una pausa, levantó el libro lo suficiente para que Bradley pudiera ver la portada. Era una novela clásica, una de esas que Bradley también había disfrutado en el pasado. Asintió apreciativamente.

—Buena elección —comentó—. También me gusta ese libro.

A pesar de la falta de respuesta, Bradley no se desanimó. Se sentó en el borde de la banca, manteniendo una distancia respetuosa.

—¿Te importa si me siento aquí? —preguntó, aunque ya estaba sentado. El joven negó con la cabeza, permitiendo que Bradley se quedara.

Pasaron unos minutos en un silencio cómodo, el sonido de las hojas moviéndose con el viento y los pájaros cantando llenando el aire. Bradley no pudo evitar notar la actitud frívola del joven, como si hubiera una barrera invisible que lo mantenía a distancia. Sin embargo, también pudo ver una chispa de curiosidad en sus ojos, una que lo animó a seguir intentándolo.

—Sabes, me mudé aquí para estudiar en la universidad local —comentó Bradley—. Estoy un poco nervioso por conocer gente nueva, pero estoy seguro de que me acostumbraré.

El joven asintió ligeramente, su expresión suavizándose un poco. Aunque no hablaba, su presencia era reconfortante, y Bradley sintió que, con el tiempo, quizás podría llegar a conocerlo mejor.

Antes de irse, Bradley decidió intentar una vez más.

—Espero que podamos ser amigos —dijo con sinceridad—. Nos vemos luego.

Se levantó y se dirigió de vuelta a su casa, sintiendo que, a pesar del silencio, había dado el primer paso hacia una posible amistad. Mientras se alejaba, el joven lo observó, una ligera curiosidad.

(🔇)

Al siguiente día, Bradley se levantó temprano para sacar la basura. Mientras caminaba hacia el borde del patio, notó a un chico alto con el cabello teñido de naranja saliendo de la casa de Max. Max estaba en la puerta, despidiéndose del chico con una leve sonrisa.

Intrigado, Bradley decidió observar un poco más. Vio cómo el chico de cabello naranja caminaba hacia la casa al lado de la suya y, justo antes de que entrara, Bradley lo detuvo.

—¡Hola! —llamó Bradley, apresurándose a acercarse—. Soy Bradley, el nuevo vecino. Noté que salías de la casa del chico de enfrente. Me preguntaba si podrías contarme algo sobre él.

El chico de cabello naranja se giró, evaluando a Bradley con una mirada rápida antes de sonreír.

—Claro, soy bobby —dijo, extendiendo la mano—. Max es un buen amigo mío.

Bradley estrechó la mano de bobby, agradecido por la apertura, y también por decirle el nombre del chico.

—He intentado hablar con él, pero parece que no le gusta mucho hablar —comentó Bradley, tratando de sonar casual.

Bobby asintió, una expresión comprensiva en su rostro.

—Sí, Max tiene mutismo selectivo. Solo habla con su padre, el señor Goofy. A pesar de ser amigos de años, nunca he oído su voz.

—¿De verdad? —preguntó Bradley, sorprendido—. Eso debe ser difícil para él.

Bobby asintió nuevamente.

—Lo es, pero Max es un chico fuerte. Tiene sus maneras de comunicarse, solo necesita tiempo y paciencia. No es que no quiera hablar, es que no puede.

Bradley se quedó pensativo por un momento, asimilando la información. Ahora entendía mejor la actitud reservada de Max.

—Gracias por decírmelo, bobby. Realmente aprecio que me hayas explicado.

—No hay problema, Bradley. Max es un buen amigo, y aunque no habla, su compañía vale mucho. Si necesitas algo, no dudes en preguntar.

Bradley sonrió, sintiendo una conexión creciente con este nuevo entorno.

—Gracias, lo haré. Nos vemos.

Mientras bobby se dirigía a su casa, Bradley se quedó reflexionando sobre lo que había aprendido. Ahora, más que nunca, estaba decidido a ser paciente y ganar la confianza de Max.

Mutismo ꩜.ᐟ Maxley // AU. .ᐟDonde viven las historias. Descúbrelo ahora