Aethiopica (Higuel)

Prólogo

—Esto debe salir bien, tu puedes Miguel. —Se dijo a sí mismo para intentar calmar sus nervios.

De tener la respiración agitada, comenzó a relajar el cuerpo y con ello la misma respiración. Era momento de comenzar.

"Antes de emprender cualquier acción ritual, lo que has de hacer es alinearte con las direcciones. Esto significa reconocer todo lo que existe en el universo y ponerte en un estado de conexión y claridad."

Cerró los ojos y comenzó sintiendo el viento que corría, escuchó atentamente el correr del agua del arroyo, el sonido de las hojas de los árboles golpeadas por la ligera ventisca que comenzaba a formarse. Los animales, insectos, rocas, flores. Cada tallo, pétalo, raíz, movimiento. Todo el universo estaba siendo palpable por sus sentidos.

"Vivas donde vivas en el planeta, puedes sintonizarte con los guardianes de las siente direcciones. La forma que tomen estos guardianes es algo que solo tú podrás discernir. Al girar hacia cada dirección, lo que debes invocar son las manifestaciones espirituales de tu propio corazón, así como las del lugar sobre el que te alzas."

Sin necesidad de abrir los ojos pudo sentir las siete presencias de los guardianes que lo guiarían en su invocación.

"Considera los cuatro puntos cardinales: Norte, Sur, Este y Oeste. Después las otras tres direcciones esenciales: arriba (el mundo superior); abajo (el submundo), y el centro, donde el corazón de la trama cósmica intercepta con el centro de tu ser. Reconoce estas siete direcciones cantando o tocando con el corazón, mirando hacia cada dirección y recita las oraciones de bienvenida."

Los ojos cerrados y en completa concentración tomó con cuidado la guitarra que hasta ese momento se había mantenido colgada sobre su espalda. Y comenzó con una dulce pero poderosa melodía acompañada de cánticos que previamente tenía estudiados y ensayados. Él sabía que su gran talento musical era lo que lo hacía ser aún más poderoso que el resto de la comunidad.

"Trata de alinearte con los espíritus que habitan allí. Una vez que estés conectado con los siete guardianes y los espíritus de tu plano terrestre, puedes invocar las energías del mundo superior y del submundo."

Abrió los ojos, lo que había al rededor de él ya no era el gran bosque sagrado, se encontró rodeado de oscuridad y tenues luces de colores, no había nada debajo de él por lo que sentía que flotaba. Pero aún podía sentir a los espíritus de dicho bosque y aunque no veía nada, sabía que los siete guardianes seguían ahí.

"Gírate hacia el centro silencioso de tu propia alma; visualiza la intersección de tu alma y el corazón de la trama cósmica. Permite que los poderes de estas energías se comuniquen contigo. Escucha las voces e invoca."

No había dejado de tocar la guitarra, al contrario, comenzó a tocar con más fuerza e intensidad, haciendo que las cuerdas le cortaran las yemas de los dedos, así la sangre brotó de los mismos y caían pequeñas gotas carmesí al vacío.

Lágrimas saladas cargadas con todas sus emociones emanaban de sus ojos y de igual manera caían. Escuchaba voces al rededor de él, las energías y espíritus estaban ahí.

Comenzó a sentir un dolor profundo en el pecho, su guitarra y sus ojos brillaban con una luz naranja-amarilla. Estaba funcionando.

A este punto casi gritaba los cánticos, estaba cerca.

Una luz blanca y muy brillosa apareció, venía volando y flotando de arriba. Era ese el momento. Aquella luz entró al pecho del chico provocando el desmayo de este.

Abrió los ojos, estaba de nuevo en el bosque sagrado, su guitarra se encontraba a un lado de él, le dolían los dedos y el pecho y al momento de querer abrir los labios para pronunciar una palabra un fuerte ruido lo interrumpió.

El ruido provenía de dentro de su cabeza, era como un chillido agudo y fuerte que lastimaba sus oídos de manera interna y le provocaba fuerte dolor de cabeza. Los segundos que duró aquello los sintió eternos, pero una vez que hubo terminado algo dentro de él ya no era lo mismo.

—¿Hola? ¿Funcionó?

"Cuando concluyas tu invocación, no olvides invertir el procedimiento, es importante decir adiós y dar las gracias en vez de dar la bienvenida. Comienza con el punto central, luego mundo superior y después al submundo. Termina con las cuatro direcciones. Si no haces esto..."

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Lo prometido es deuda (?) a ver a dónde nos lleva esta historia que tengo en mente.

Gracias por leer.