capítulo siete

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Domingo trece de noviembre.
13/11/22

Ya habían pasado cinco días desde que el tío me dejó a Benja, ya mañana por la madrugada viajariamos a Qatar, no estaba en mis planes llevarme a Benja, así que llamé a mi tío así me daba permiso para llevarlo y a Gianinna así firma los papeles de que podía venir conmigo, ya que el es menor de edad.

–Eu Benja, vení que te quiero preguntar algo– él estaba en el living jugando a la play y yo en el comedor terminando de lavar los platos.

–¿Que pasó? si es por el tiempo que me quedé en tú casa lo entiendo, puedo irme a la mía...–lo interrumpí y empecé a hablar

–Pero ¿vos te pensas que me molesta? quedate el tiempo que sea necesario, pero no te voy a hablar de eso, sentate, te quiero hacer una pregunta–

–Bueno, a ver, decime, se nota que es importante.–

–No quiero que te ilusiones igual, porque primero tengo que llamar a tú papá, que tú mamá me firme los papeles, y no sé si se va a poder, la cosa ya es mañana y...–

–Dale prima, ¿que pasa? me estas poniendo muy ansioso–

–Bueno sí, está bien, ¿querés venir a Qatar conmigo?–

–¿De verdad? no me estas jodiendo ¿no?–

–No– le dije con una sonrisa–. ¿Querés venir?

–Si, si obviamente, ¿cuando vamos?–

–Mañana en la madrugada, voy a llamar a tú papá a si me da permiso para llevarte, y a tú mamá para que me mande los papeles diciendo que podes viajar–

–Bueno, ¿te paso el número de mi mamá?–

–No es necesario, ya lo tengo, después vamos a tú casa así buscamos ropa–

(...)

Estaba yendo a la casa de mi tío, ya que había dejado a Benja para que empacara mientras yo buscaba los papeles. Estacioné y toqué el timbre.
Me abrió y pasé.

–¿Y gordo? ¿Ya estas?–

–Si, ¿vamos?– me preguntó con la valija en la mano

–Si si, vamos–

Él cerró la puerta, de la casa, nos dirigimos a la camioneta, subió la valija en la parte trasera y después se subió al lado mío de copiloto.

Cuando llegamos a casa dejé las llaves sobre la mesita del living y después fui a mi pieza para armar la valija. Cuando estaba por sacar la valija alguien tocó el timbre.

–Voy– grité, dejé la valija abierta en el piso y fui a la puerta para ver quien era–

–Hola– dijo dándome una sonrisa  

–Hola– le conteste sonriendo– Vení pasa.

Cerré la puerta y me fui a la pieza haciendo que Enzo me siguiera.

–Justo estaba por hacer la valija–

–¿Como estas?–

My Propeller | Paredes X Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora