❅ | C a p í t u l o 06 | ❅

28.5K 2.8K 959
                                    

Me quedo callada durante unos minutos, no sé si entendí mal o está coqueteando conmigo, su sonrisa se hace más grande, vuelve a palmar el lado vacío del mueble, arrugo mi cara y trato de demostrarle mi desagrado hacia él, pero me ignora olímpicame...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me quedo callada durante unos minutos, no sé si entendí mal o está coqueteando conmigo, su sonrisa se hace más grande, vuelve a palmar el lado vacío del mueble, arrugo mi cara y trato de demostrarle mi desagrado hacia él, pero me ignora olímpicamente, muevo mis pies cuando sus ojos se quedan fijos en mí, trato de no ponerme nerviosa, pero es inevitable, intento hablar, pero las palabras no salen. 

—Sé que te robo el aliento, pero me gusta más cuando hablas, tu lindo acento me encanta.

—¿Te ofrezco algo o alguna bebida?

—Lo que quiero en este momento, no quiere sentarse a mi lado.

—No estoy en el menú.

—Pues deberías, aunque ese menú debe de ser exclusivamente para mí.

—Ya en serio, dime que quieres.

—A ti —se levanta rápidamente del sofá y llega a dónde estoy tomándome por sorpresa.

—No soy un juguete, ni seré tu capricho del día.

—No te veo como un juguete y tampoco eres un capricho, lo digo en serio Dahia, no sé porque te resiste al final acabaremos juntos y casados.

—Tienes mucha imaginación, escribe un libro con eso.

Escucho los pasos de mamá saliendo de la cocina, me muevo de lugar cuando la veo entrar a la sala, viene leyendo algo en su teléfono, no sé da cuenta que estamos nosotros dos aquí, teclea algo y luego levanta la mirada, su rostro refleja sorpresa cuando lo mira y luego sonríe.

—Hola Oliver, bienvenido.

Él se levanta del sillón, busca las rosas que dejo en la mesita y las agarra mientras camina hacia mamá, su sonrisa se hace más grande cuando se da cuenta que esas flores son para ella.

—Le traje esto, espero que le gusten.

—Muchas gracias corazón, no tenías que tomarte esas molestias —su mirada me recorre de pies a cabeza —. ¿No te irás a cambiar bebé?

—No mamá, estoy muy bien así.

—¿Quieres un chocolate caliente corazón?

—Claro que sí señora, se lo agradecería mucho.

—No me digas señora, llámame Amanda, siéntate como si estuvieras en tu casa.

—Tu mamá es un amor, deberías de ser un poquito como ella.

—Ay, ¿Quieres ser mi padrastro?

—¿Celosa?

—¿De ti? No eres mi tipo.

—Tú si eres mi tipo —sus manos acarician mi mejilla y luego mi barbilla, trago con fuerza, humedezco mis labios, sus ojos siguen esa acción, sonríe de medio lado, se acerca peligrosamente robándome el aliento cuando nuestras narices de rosan —, me encanta como hueles.

Un amor sobre hielo ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora