¿Qué...?

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Los dos se preguntaban "qué mierda hacían".
Enzo terminó subiéndose a la cama, de rodillas frente a Julián, para que los dos queden, más o menos, a la misma altura. Fernández bajó las manos desde la cintura, porque se animó a agarrarlo con más confianza, y al tiempo que bajaba las manos, notaba como Álvarez temblaba. Le daba cosquillas, pero en ningún momento se separó, en cierto punto el delantero pasó los brazos por el cuello del de pelo negro y se rio. Los nervios, no entender muy bien qué iba a pasar cuando eso termine, no saber por qué carajo lo está disfrutando tanto.

—¿Se te paró? —Enzo le apretó el culo con las manos, hundió los dedos en el pantalón del cordobés y los dos se miraron cuando Julián soltó lo más parecido a un gemido—. No me apretes tan fuerte, pelotudo.

—Disculpá, me emocioné —se rio y lo empujó despacio contra el colchón.

Otra vez empezó el beso, pero ahora los dos sabían que era diferente. Julián se puso todavía más nervioso cuando Enzo se hizo un lugar entre las piernas de él, el centrocampista le estaba comiendo la boca con ganas, aprovechando todo el movimiento de los cuerpos, Fernández fue metiendo la mano por abajo de la remera.

—Enzo—llamó entre los besos—, Enzo, para... —Le gusta, le gusta lo que está pasando. Le gusta como besa Enzo y la fuerza que le mete al manoseo, encima la respiración agitada contra la suya. Obvio que le gusta todo lo que está pasando, pero Enzo está yendo muy rápido—. Enzo, en serio...

—¿Qué pasa? —Se movió un poco para darle espacio al delantero.

—No... ¿No vamos a coger, no? —El velador dejaba ver la cara de Enzo y la sorpresa en esta. Ni él sabía qué iban a hacer.

—Si vos no querés, no —Julián se le hubiera cagado de risa en la cara por la respuesta, lo dijo bajito, casi con miedo y el delantero dejó caer los brazos encima de su cara para tapar la vergüenza—. O sea, si vos querés sí... No sé, Julián, la puta madre —se sentó—. ¿Vos cogerias conmigo?

—La verdad ni sabia que hoy íbamos a terminar así, no sé... —Lo miró un rato y se mordió el labio—. ¿Te gustan los chabones? —Enzo levantó los hombros, ni él sabe.

—No sé, me gustan las minas también —está muy nervioso—. ¿A vos?

—Me gustas vos.

Con [él] tiempo. [Enzo Fernández x Julián Álvarez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora