Una de las demandas más habituales por las que las personas llegan a buscar especialistas en la mente comienza con una simple pregunta; "¿Quién soy yo?". Es una pregunta con una cuestión filosófica o existencial.
Muchos emprenden un viaje espiritua...
Todos los humanos nacen iguales, ya sea etnia distintiva por su lenguaje, divergencias culturales, nuestros propios rasgos físicos, cociente intelectual o incluso por nuestra inteligencia emocional. Todos eran iguales en su nacimiento.
Mismos objetivos, mismas aptitudes tanto físicas como mentales, las diferencias eran mínimas porque los humanos no eran una forma diversa de vida, eran animales que convivían con otros existentes en el mismo planeta. Era claro, existía un orden en todo ello. Cierto hombre conocido como Charles Darwin dio a conocer una de las leyes escritas en roca que, probablemente muchos hayan dado una obvia respuesta ante la supuesta "Ley" prescripta desde tiempos casi olvidados.
La ley de la selva; fue el nombre dado popularmente al funcionamiento social en ausencia de toda ley, presuponiendo que se impondrá la tiranía de los más fuertes, en analogía al funcionamiento, real o supuesto, del mundo animal. Básicamente se considera la sociedad como un escenario competitivo, donde la selección natural garantiza que los mejores y más capaces conforman una élite preeminente que ostenta el poder hacia el rumbo correcto.
Nuestra propia existencia reforzaba esta Ley, ya que, por más humanos con razonamiento medianamente sagaz cuyo único propósito es permutar la vista del propio mundo "humano", la Ley del más fuerte seguía vigente.
Físicamente, mentalmente, económicamente, socialmente. Siempre existía alguien mucho mas "Fuerte" que uno mismo.
Incluso con la evolución del propio humano, la Ley grabada en piedra se hizo más y más presente. Por tanto, el humano mismo exigía más y más, constantemente suplicando, Deseando, una saciedad al hambre de sus propias ambiciones que, no tenían un fin.
"¿Éramos todos iguales?"
¿Lo éramos? Ya no lo sabia, dudaba de mis propias palabras, el conocimiento que tenia parecía no querer concordar con datos reales, solo quería crear incógnitas sin un reparo real de todo lo que nos rodeaba.
Odiaba este sentimiento.
"¿Qué era lo que me diferenciaba del resto?"
Nada.
Monstruo, Engendro, adefesio, aberración, esperpento, fenómeno. Tenia tantos nombres sin realmente saberlo, sin necesidad. Era solo un humano igual a todos los demás, cuyo único acto fue el de existir.
"Quiero... ser un héroe."
No podía serlo.
Era igual a todos, en un tiempo pasado. En este futuro incierto solo fue un chico sin suerte, un alma cuya fortuna le dio una patada en las bolas.
El destino solo estallo en una carcajada llena del más vil sonar de todos los tiempos y le proporciono algo que lo hacia diferente al resto, al resto del nuevo mundo, donde una diferencia era normal, más lo normal era material de... Bueno; Nadie.
-Por favor... aléjate lentamente de ellos.
Él era diferente, pero al mismo tiempo, demasiado diferente.
-Ellos no hicieron nada malo, ¡POR FAVOR!
Conocía los conceptos básicos; Bien y Mal. Era bueno y sabia lo que era malo, podría hacer una lista de lo que era malo, según su progenitora, claro esta.
Quedarse hasta tarde viendo videos sobre héroes. Comer dulces en exceso. Ser irrespetuoso con los mayores...
Definitivamente sabia cuales eran los valores correctos que debía seguir para no terminar siendo un criminal o alguien "Malvado", como mamá solía decir tratando de apelar al gusto casi enfermizo que tenia sobre All Might, mi héroe favorito he de admitir.
"¿En qué momento comencé a hablar en tercera persona?"
¿Eh? ¿De qué hablas?
-Mierda... ¡MIERDA!
Según muchos, era especial, diferente, alguien con una valía singular en el mundo futurista que se decidió que debía nacer. No como alguien normal de la forma peculiar, ni tampoco de la forma "Común" o vulgar.
La sociedad misma lo trataba como un objeto cuyo valor era distinto, era igual a la nada misma.
¿Oh?
Entonces ese era su valor; Nada.
Era simplemente una nada, un fulano sin nombre, sin prestigio, sin una pizca de poder y lo más importante; Nadie.
Terminando este rancio prologo, siento la necesidad de hacer algo que no vi necesario en ninguna de mis historias hasta el momento :D
Dejar aclaraciones.
• Simplemente es una mi*rda que se me ocurrió por ahí.
• Trama lenta.
• En un punto de la historia, los personajes secundarios tomarán algo de protagonismo.
• NO ES TEMÁTICA HOMOSEXUAL
•Sobra aclarar que puede o no haber tensión romántica y/o sexual entre algunos personajes más no va a haber parejas a lo largo de la historia.
•Lenguaje obsceno u no agradable para cierto tipo de lectores al igual que escenas descritas de forma explicita.
Estoy al tanto que la obra predecesora a esta era... como decirlo, estaba bastante mal escrita, quería arreglar ello rehaciéndola en esta nueva historia, con mejor (creo) escritura, tratando de mejorar un poco las MUCHAS incongruencias que tenia la anterior. Espero que no este tan mal como pienso que esta JAJAAJDSAJ
Voy a estar al tanto de los comentarios por si hay algún error o algo que debe ser arreglado, mientras tanto, intentare escribir más seguido, tan seguido como me permita la Uni y el trabajo jajant
Créditos a la portada: Su servidor cuya única meta en la vida es esforzarse por respirar ඞඞඞ
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