Capítulo 1: Compañero

1.1K 78 4
                                    

LAS IRONÍAS DEL AMOR

CAPÍTULO 1: COMPAÑERO

Jeon JungKook jamás pensó que el sueño que tuvo de vivir con su amor platónico de la universidad, cuando tenía diecinueve años, se haría realidad por los motivos que lo llevaron hasta aquella casa, en esa noche de intenso frío y con nieve fresca que le llegaba casi hasta la mitad de su pantorrilla.

—Papá Minnie estará feliz de tenernos aquí —YeJun, su hijo de dieciséis años, le recordó al estirarse para tocar el timbre—. Seremos de ayuda para él y mis hermanos.

A las afueras de la ciudad, entre los árboles del bosque y lejos de la molesta civilización, yacía la residencia de la familia Park. Hecha de dos pisos y con un enorme jardín que la rodeaba por completo, tenía las decoraciones refinadas clásicas de ChaeWon, la ex señora Jeon y madre de dos jovencitos maravillosos y una bebé preciosa.

ChaeWon y JungKook se divorciaron cuando sus hijos, YeJun y HyunOh, tenían 10 y 8 años. La razón era simple: el amor se convirtió en simple cariño y una amistad de años, los sueños dejaron de contemplar a una pareja y se volvieron individuales y el intercambio de palabras no era para más que desear buena suerte y buenas noches.

El hijo menor se quedó bajo la tutela de su madre, mientras que el mayor permaneció con su padre. Se veían en buenos términos cada fin de mes, como los amigos que fueron durante la universidad.

Tres años después de la separación, ChaeWon volvió a encontrar el amor en un pequeño viaje que tuvo en la ciudad vecina. Park JiMin, un compañero de generación de la expareja, se había mudado después de haber tenido un desafortunado interés romántico y cayó fascinado por su inteligencia, fuerte carácter y ojos brillantes... O eso era lo que decían.

A inicios del año anterior, decidieron juntarse en unión libre y, a finales, nació la linda Park Bora; sin embargo, la pequeña nunca pudo ser vista por su progenitora al ella haber sufrido una hemorragia intensa durante el parto, imposible de sobrellevar para los médicos y, sobre todo, para su cuerpo.

Murió a las horas de dar a luz a la sana Bora.

—¿Crees que no haya oído el timbre? —Preguntó su hijo, ajeno a los nervios que carcomían al pobre de su papá.

Antes de conocer a su exesposa, un JungKook más joven fue demasiado cobarde y dejó escapar la oportunidad de estar junto a su amor universitario por dejarle el camino libre a alguien más. Una historia complicada en donde la valentía y el coraje faltaron en demasía.

Ahora estaba ahí, esperando junto a su primogénito a que alguien abriera la puerta, después de haber estado mensajeándose con JiMin los últimos meses al encontrarse preocupado por su bienestar, el de Bora y de su hijo.

Hacía un mes por fin le confesó que, tras haber regresado al trabajo, necesitaba ayuda porque, incluso con una niñera y el apoyo del buen HyunOh, sentía que no se daba abasto con todas sus tareas.

—Tengo tantas cosas en la cabeza, JungKook —susurró contra el teléfono en la única llamada que mantuvieron en todo ese tiempo. Su voz se oía apagada y cansada—. Mis responsabilidades en la oficina, en casa, con la familia, mis citas con el psicólogo... Siento que no tengo tiempo para nada.

—Puedo ir por HyunOh, ya te lo dije antes —le recordó—. No tengo ningún problema; YeJun, muchos menos. Estará feliz de tenerlo.

—Eso es otro problema del que te quería hablar —suspiró y Jeon oyó cómo se abrían y cerraban un par de gavetas—. Lo noto casi tan deprimido como al comienzo, debe ser porque todo pasó hace casi un año. Su terapeuta me dijo que casi no habla en las sesiones.

Las Ironías del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora