Saga de Tanya la Cazadora de Demonios

42 : Arco del Tren Mugen: Dispersión hacia el Amanecer

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Tanya se despertó con la cabeza sobre el pecho de Kyojuro, todavía se sentía cansada y técnicamente era de noche. Algún tiempo más cercano a la una de la mañana, la luna todavía estaba fuera. Su rostro se sonrojó y se dio cuenta de que todavía estaba desnuda debajo de las sábanas. 'No esperaba que me cansara hasta el punto de quedarme dormida activamente', pensó mientras su rostro pasaba del rosa al rojo. Esta noche, más temprano, ella y Kyojuro tuvieron sexo. Habían hecho el acto y ella, por supuesto, todavía sentía algo al respecto, algo a lo que parecía que solo Kyojuro era capaz de llevarla. 

Era extraño querer hacerlo con él en primer lugar, pero ella quería. Su rostro aún estaba rojo al recordar la mirada intensa que tenía Kyojuro mientras mantenía un contacto visual casi perfecto con ella mientras hacían cada movimiento. Quería sacárselo de la cabeza, pero no podía. Giró la cabeza hacia arriba y vio la forma dormida de su pareja, sonriente y pacífica. 'Me pregunto qué piensa al respecto.' Tanya agarró las sábanas, tales pensamientos parecían imposibles para ella antes de esto, y sin embargo aquí estaba sucediendo. 

Kyojuro parecía ser el catalizador de muchos eventos que parecían imposibles para el antiguo diablo del Rin. Tener sentimientos activos más allá del disgusto, la ira o el escepticismo seguro. Tanya también había sentido esas cosas hacia Kyojuro a veces, pero nunca con total desprecio. Ella también podía reírse genuinamente, ser feliz genuinamente y agradarle genuinamente en lugar de simplemente tolerarlo. 'Todavía no puedo creer que me enamoré de un patán tan sonriente.' Kyojuro era, por supuesto, más que eso, era increíblemente fuerte, ingenioso, hábil y estratégico. Incluso si a menudo tenía que ayudarlo con eso último. 

Tanya a menudo contemplaba cómo, a pesar de ser casi una combinación de todo lo que generalmente odia, todavía estaba enamorada de la llama hashira. Sus mejillas se habían suavizado del rojo al rosa, pero era plenamente consciente de que todavía estaba nerviosa. En vidas pasadas, como asalariado y luego como niño soldado, les parecería increíble o una mentira si les dijeran que sucedió, especialmente con él. "Kyojuro, ¿qué me has hecho?" susurra y se levanta un poco, tirando de la manta con ella y acercando su cabeza a la de él. 

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"Kyojuro... tenemos que irnos". Tanya logró expulsarlo después de que más sangre escapara de su boca. Ambos estaban en malas condiciones y no estaban más cerca de arrancarles la cabeza a Akaza oa Doma. Tampoco planeaba dejar atrás a Tanjiro, su hermana, Kanao, Zenitsu o Inosuke. Kanao e Inosuke aún podían moverse, si se hubieran despertado, lo mismo sería cierto para Zenitsu y Nezuko. Podrían escapar y correr lo suficiente como para al menos ganar tiempo para el amanecer, no era perfecto, y los pasajeros del tren probablemente serían devorados por ellos, pero tenían que sobrevivir. 

ella tenia que sobrevivir

“No dejaremos que te vayas tan fácilmente, no después de todo este tiempo”, dijo Doma mientras agitaba sus abanicos de guerra, “la única forma en que te vas es como un demonio o como mi comida. Los niños solo tienen la última opción”. Tanya luchó por mantenerse en pie, no podía decir mucho en este momento. “No podemos dejar a Tanya…” dijo Kyojuro en voz baja, “al menos yo no puedo” La mirada de Tanya se volvió de cansada indignación. La sangre seguía goteando por su cuerpo y Kyojuro podía sentir que no podía aguantar mucho más. Bien podría haber terminado por ahora.