༒𝑶𝒃𝒔𝒆𝒔𝒊𝒐́𝒏 𝑨 𝑳𝒂 𝑴𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆༒

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Las cortinas impedían que entrará la iluminación en aquella habitación, sin embargo se podía notar la silueta de una hermosa joven durmiendo plácidamente en aquella enorme cama, mientras era observada por un joven el cual se encontraba bebiendo y fumando sentado en un sillón frente a la cama pensando en como había caído en la trampa de aquella mujer

—Deja de fumar quieres 

—Sabes bien que siempre haré lo que yo quiera 

—Tsk!

La hermosa joven se encontraba sentada en la cama esperando la llegada de su dolor de cabeza quien al acercarse le daría una apasionado beso el cual correspondía para luego atraerlo hacia ella y repetir lo de la noche anterior indicando que se quedarían allí otro día

—Te amo enana

—Te amo Poste 

Años Atrás

—La obsesión de un hombre es tener a una mujer sumisa que le cumpla sus fantasías pero la mía es retar a la muerte cada día

—Aun no entiendo tu forma de ver la vida

El mayor de los Haitanis se acercaba a sus victimas y les apuntaba con el arma en la cabeza mientras observa como sus hombres tenían todo listo para luego disparar mientras observaba a su hermano y reía 

—Ran ya para y regresemos que el Jefe me pidió un favor especial — sentencio el menor de los Haitani quien le disparaba a los demás traidores

—Le quitas lo divertido a la vida y además hasta cuando dejaras tu obsesión por ella, recuerda que es una niña 

—Ya es mayor de edad así que no ay problema alguno y no tengo problema con deshacerme de él

—Hazle algo a ese idiota y el jefe nos aniquila a los dos

—Si, si lo que digas 

Mientras ambos hermanos salían de aquel lugar sus hombres se encargaban de recoger los cadáveres, antes los convertían en alimento para peces pero desde la llegada de cierta señorita los cuerpos eran llevados a cierto lugar en donde les sacarían los órganos y estos serían vendidos en el mercado negro generando una increíble ganancia para Bonten

—Oye T/N ya esta tu mercancía 

—Hasta que lograron cumplir con su misión, por cierto alista tu pasaporte que nos vamos hoy mismo de aquí 

—¿Por que? 

—Ordenes de Mikey

—Me niego, no eh dormido mi siesta 

—No puedes negarte a sus ordenes o quieres que pase lo mismo que paso con ellos, además a mi tampoco me agradas Haitani

—Me da igual si te agrado o no, al final paras escondiéndote detrás de Koko y del Jefe como una nenita

—Maldito Haitani — la joven pelinegra le lanza su copa de vino a la cara 

—Maldita perra, este traje es carísimo además así menos que vaya contigo asi que hay miras como te las arreglas

—¿Qué mierda pasa aquí? Ustedes dos si tanto desean matarse háganlo después de cumplir lo que les orden — apareció el albino con cara de pocos amigo

La mirada de Mikey reflejaba que estaba apunto de perder los estribos y sabían bien que cuando eso pasaba no había nadie que lo calmara a excepción de dos personas pero estas no se encontraban cerca

—Como ordene — diría el mayor de los Haitani quien subiría a cambiarse 

—Mikey ya déjame matar a Ran