Parte 1

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Los gritos y palabras de insulto resuenan por toda las calles, piedras lanzadas a la jaula de donde va el pecador.

La carreta donde llevan el prisionero se detiene en el centro de la ciudad. 

Con las manos amarradas para cortarle la circulación, es empujado fuera por el guardia que lo custodia, los días sin comer o beber algo, sin olvidar el maltrato físico, hacen que sus piernas no lo resistan y caiga al suelo, sin poder amortiguar la caída.

Esto solo habiba los insultos y las piedras, sin compasión el guardia lo arrastra por el suelo de piedra y el acusado sólo puede tratar de levantarse y seguir como pueda, tratar de conservar la poca dignidad que le queda.

Casi tropieza a subir los escalones del escenario, temblando alza la cabeza para ver lo que le esperaba, su verdugo.

- Por los pecados cometidos contra la corona, las mentiras, y la aberraciones de '''''' -

Solo puede escuchar un pitido de la voz del soldado y la multitud, esto es solo una formalidad, un pequeño retraso que no necesita escuchar, ya que el mismo las conoce todas bien-

No tiene nada que decir para defenderse, y aunque las tuviera, no tiene su lengua para poder formular palabras.

- ¡¡¡Se le condena a morir en la Horca!!! -

El acusado tiembla de miedo, ya lo sabia desde antes, se podía ver desde lo alto la imponente figura de donde tendría fin su vida.

- ¡Y su cadáver será colgado en la entrada del pueblo por tres meses como advertencia! -

El soldado al ver su resistencia lo obliga con violencia a subirse y ayuda a que la soga rodee su cuello.

Sus piernas tiemblan al sentir el apretado y áspero agarre en su cuello, tratan de estirarse como pueden para aflojar la presión.

- Un momento. -Una voz los detiene a todos-

La mujer ataviada con las ropas más finas se baja del palco para caminar lentamente hacia el acusado.

- ¡Su majestad! -

Los soldados no saben que hacer, no pueden negarle la entrado pero tampoco pueden dejarla en peligro-

- Por favor, déjenme pasar, necesito hablarle. -Suplica entre lágrimas-

La gente habla en susurros. 

- ¿La emperatriz aun lo ama? - 

- ¡¿Como podria hacerlo después de todo lo que hizo?! - 

- ¡Maldito! Ella le dio su corazon y asi es como le paga. -

- Aun cuando conspiró contra mi, empujo a mi padre por las escaleras y trato de envenenarme, por favor permítanme tener mis últimas palabras con el. -

Los corazones de todos se partieron al escucharla y avivaron su furia al acusado-

Los soldado la dejaron pasar.

El condenado, por la vergüenza no puede verla a la cara, se arrepiente de lo que hizo, nunca la amo y solo la utilizo para llegar al poder. 

No merece su compasión, esto es lo que se merece, debe pagar por sus pecados, lo único que desea es decirle que lo lament... 

La mujer con tacto suave levanta su rostro para que la mire- 

Su cuerpo se paraliza.

La emperatriz sonríe con maldad y superioridad.

- Tengo que confesarte un secreto Juan Carlos. -

Le susurra con una sonrisa encantador para que solo pueda oírla.

- Tu Imbecil. -

Esas palabras demuestran su desprecio.

- Eres en verdad un idiota, ¿No te das cuenta? Todos tus amigos aristócratas, estaban a mis órdenes ¿Recuerdas? Ellos te favorecen y te alentaban para que alcanzaras tus sueños de grandeza. -

Sonríe

-Todos solo obedecían órdenes mías. 

Solo fue un juego ¿Quieres saber porque? 

Hiciste un buen trabajo para meterse en los altos rangos, pero no pudiste engañarme a mi, yo sabia que eras un vil y sucio campesino sin un centavo en su bolsillo, tratando de cumplir el sueño de abandonar tu empobrecida y patética vida. -

Lo mira fijamente con esos ojos rosas.

- Al verte por primera vez, solo quería matarte, tu ensuciando el buen nombre y grandeza del imperio, ese no era tu lugar, no podía entender como pudiste avanzar tan confiadamente. -

Sus ojos estilan desprecio.

- No se te debió permitir llegar tan lejos a una persona tan común. -

Aun con su desprecio, su aura y su voz despiden ternura y amabilidad. Como si en verdad estuviera diciendo la pura verdad.

- Así que me jure a mi misma demostrarle a todos, lo que sucede cuando esta clase gente juega a creerse que son importantes y únicos. -

El conejo está temblando al escucharla.

- Simplemente pude demostrar tus mentiras, engañar así, a los aristócratas te hubiera mandado a prisión enseguida. 

Pero era muy fácil, necesitaba darte una lección por tu osadía, fui arruinandote lentamente entre las sombras, fue tan fácil culparte por la muerte de mi padre y el envenenamiento, cometiste tantos errores que nadie te creyo que no lo hiciste. -

Ríe.

- Mientras yo solo era la joven que te seguía fielmente que le robaste el corazon. -

Rie mas.

- Te extrañare, fue muy divertido este juego mi amado. -

Sonríe tiernamente.

- Conejo de la mala suerte. -

Bodoque está tieso de la impresión, no puede morir asi, empieza temblar.

¿Cuando perdió el rumbo? 

Quería ayudar a su familia pero terminó abandonandolos por los engaños de esta gente.

No quiere morir.

No así.

Madre, padre perdonenme.

Si tan solo pudiera corregir lo que hizo.

El suelo se abre debajo se sus pies.

¡¡¡CRACK!!!

El cuerpo sin vida se mece con el viento.

El VillanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora