4 . LA CUEVA

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Llegó y vio que estaba rodeada de florecillas azules, muy pequeñas, se
acercó y entró. No era para nada tan pequeña como parecía por fuera, la
entrada de la cueva si que era estrecha pero al entrar un poco más
adelante se ensanchaba lo suficiente para que cogiesen ambos de sobra,
y la cueva aún era más larga, no llegaba a ver el final
- ¿ Hola ? amm … ¿ chica ? - escuchó desde la cueva y salió
- ¿Qué pasa ?
Esos troncos y las hojas nos pueden servir para tener algo donde
dormir - dijo él señalando un montón que había hecho con palos y
otro con hojas
- Vale - se giró hacia la cueva - en esa cueva cabemos los dos,
podemos ponerlo ahí dentro
Entró en la cueva y ella se quedó fuera - Está bien - Aprobó saliendo de la
cueva - vamos a ….
- Si - respondió ella, llevandole ya la delantera cargando con un
montón de pequeños troncos y ramas
Estuvieron entrando troncos, hojas, ramas y otros materiales naturales
que les parecían útiles durante por lo menos una hora y por lo menos
otra hora más estuvieron construyendo su pequeño refugio
Cuando por fin acabaron su escondite decidieron volver al lago a beber
agua
- Tengo hambre - dijo él trás saciar su sed
- y yo deberíamos comer algo - en ese momento le llegó un rafaga de
un olor de maloliente sudor - también deberíamos de lavarnos
nosotros
- Si - se levantó de una roca grande en la que estaba sentado
No lo escuchó, estaba callada mirando otra mariposa verde, hasta que la
mariposa pasó por delante de él
- ¿ Eh ? - le dijo intentando sacarla de su ensimismamiento
Agitó la cabeza - ¿ Qué decías ?
- Que te laves tu primero, mientras yo iré a buscar algo para comer
- De acuerdo
- Volveré en un rato - se dio la vuelta hacia el lado por el que había
llegado al lago y se fue
Y allí se quedó ella sola

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