1. José

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Mientras esperaba a que mi compañero me entregara la regla para hacer mis planos, jugaba con mi lápiz negro dibujando unas estrellas en la hoja blanca. No era ningún tipo de estudiante de arquitectura o esas cosas, no tenía el dinero para hacer esos tipos de estudios, ni siquiera la cabeza me daba para esas cosas, aun debía materias en la escuela ¡Química, cómo te odio!

-José -me llamó mi compañero y me dio la regla.

En esta escuela faltaban elementos, y la mayoría de nosotros no teníamos plata para comprarlos o no teníamos ganas, en mi caso estoy de los dos lados.

En este taller venía junto conmigo, William, mi mejor amigo desde que tengo 10 años, era un muchachito que había llegado de Buenos Aires, no sé con qué fin, creo que escapando de su padre que ejercía violencia sobre su madre. William era un tipo bastante canchero, de palabras sucias pero el mejor amigo que jamás encontrarás, nos hacíamos el aguante en cada tipo de ocasiones, más que un amigo es como mi hermano.

No sé por qué también me llevé Matemática, de pronto en este sitio era muy bueno haciendo ecuaciones para adivinar las medidas correspondientes de cada estructura. Ahora tenía que armar cálculos para un poste de luz de hormigón.

No es que necesite trabajo, aunque me vendría bien otro trabajo, gano muy poco. Trabajo como "seguridad", aunque no estoy especializado en eso, en lugares importantes del pueblo, como el comedor, esta misma escuela, el centro comercial, y la intendencia, solo lo hago los días sábados y domingos, y a veces algunos feriados... o cubriendo el turno a mi mamá, ella también trabaja de lo mismo, somos seguridad muy precaria.

-¿Cómo te está yendo, José?

-En un rato termino, y le muestro, profesor.

Mi profesor era un señor de unos 40 o 35 años, no era un arquitecto o un tipo de ingeniero, era albañil, y daba estos talleres de construcción, para la práctica nos llevaba a su trabajo, obviamente que no nos pagaba, el único beneficiado era él, cobraba él solo y terminaba más rápido el trabajo.

-Dale, te espero -continuó con mis otros compañeros.

Tampoco era un mal docente, era canchero, bueno... amiguero, con nosotros a pesar de que seamos sus estudiantes.

* * *

Era un viernes, así que hoy tocaba salir con mis amigos, William, Mario y Juan. Pero primero iba a comer algo, llegué cansado, en este pueblo hace un calor infernal a finales de Septiembre, pero después de las 00 hs. era tan fresco que con un simple descuido pescabas un resfriado.

Mi familia estaba compuesta por mi madre, mis dos hermanas y mi hermanito.

-José, ya está la mesa -gritó mi madre, se llamaba Claudia, era una mujer alta, robusta, y con un lunar en la parte superior de su labio.

Ya vestido, unos jeans y una remera a rayas, voy a sentarme, preparó una buena ensalada de papa con un poco de pollo. Nacho se sentó junto a mí, tenía 10 años, era de tez blanca al igual que...

-¿Camila?

-Fue a comprar jugo en la tienda de la esquina, al parecer no hay del sabor que ella quiere en frente.

Siento unos pasos y giro.

-Hablando de Roma...

-La reina se asoma -dijo mi hermana.

-Más bien la masa voluminosa -bromeé y ella me pega en la espalda-. Vos y tu jugo de frutilla.

-Me gusta ¿Algún problema?

Así somos mi hermana y yo, como el agua y el aceite, siempre peleábamos por tonterías, y no digo que ella siempre tiene la razón, es una boba que piensa de manera muy tonta al igual que sus amiguitas, todas huequitas. Ella es la que sigue después de mí, tiene 16 años.

Mi mamá nos mira con una mirada asesina, debimos parar nuestra discusión o no castigaría, a pesar de que soy mayor de edad, aún vivo con ella y debo respetar sus mandatos.

-Quiero una cena tranquila, por favor -toma a mi hermanita que estaba sentada en el suelo con sus juguetes, y la deposita en su sillita, ella es Lucy, y tiene un año y medio.

Cuando terminamos de comer, me quedé limpiando hasta que vinieran a buscarme, justo cuando sacaba la basura, veo que dos faros se acercan a mi casa, era el auto de Mario, con los chicos adentro.

-¿Vamos a buscar unas nenas? -se escuchó a William.

-Vos ya tenés a tu chica.

-No somos nada, así que no le debo fidelidad.

-Es una noche de amigos, de pibes, no de chicas que te rompen el corazón.

Los tres miramos a Juan, al parecer alguien estaba con el corazón roto, él tiene una relación a distancia, está a 6 horas de aquí, ella no lo viene a ver, dice que es el estudio... en realidad yo no entiendo de esas cosas, ni espero entenderlas, llevar ese tipo de relaciones debe ser muy complicado.

Me subí en el asiento trasero, junto a William, mientras escuchábamos música, decidíamos qué bebidas íbamos a comprar, nos decidimos finalmente por unas cervezas. Eran más de las 11:00 p.m. los locales están cerrados, solo los que pagan un adicional a la policía se encuentran habilitados... y son muy pocos.

Fuimos a la tienda del centro, habían varias personas comprando cualquier tipo de bebidas, agua, jugo, gaseosas, alcohol... El chico que atendía ya nos conocía, nos veía cada finde comprando botellas y latas de todos los colores, pero solo de vista, ni sé cómo se llama.

Nos sentamos en un parque que quedaba a unas dos cuadras, los niños ya se habían retirado de los juegos así que estaba libre para los borrachines del pueblo, una porción de ellos éramos nosotros. Mientras tomaba asiento en uno de los columpios, le pedí a William su celular, quería entrar a mi facebook y ver algunas publicaciones... "Memes".

Yo no tenía ningún teléfono celular, no me alcanzaba el dinero para comprármelo, ni siquiera uno que sea usado. Siempre que quería entrar a mis redes sociales (solo tenía Facebook y WhatsApp), le pedía prestado a mi mamá y a William... Ah y también jugaba videojuegos, "Libre tiro", un multijugador, jugaba todos los días, y con mis amigos también, todo mi círculo social estaba prendido en ese juego celular. Pero esta vez quería revisar las publicaciones de la gente que tengo agregada, al bajar me topé con unas sugerencias de amistades, la primera que apareció era una chica pelirroja, de piel blanca y con una camiseta amarilla con rayas blancas y negras...

-Mario, tu apellido es... ¿Lorenzo?

-Sí ... ¿Por qué? -bebió un poco de cerveza.

"Daniela Lorenzo"

-Am... Nah... Neh... Nada, por nada. Solo que no recordaba cómo era tu nombre.

Solicitud enviada.

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Empecé una nueva novela... Espero que el comienzo te haya atrapado.

Soy Natalia N. y me siento muy feliz de escribir este libro.

Y si colocaste una estrellita... te deseo buena comida.

XooOxxx

MI HERMOSA LUCIFER Donde viven las historias. Descúbrelo ahora