Las puñaladas caían como si fuera lluvia en abril
La sangre brotaba como perfume de verbena con nerolí
El dolor impacta tanto, como la mantequilla derritiendose en el pan
El grito era similar al de un lobo buscando su hiena herida
Las risas brotaban como palomitas, para darle la bienvenida a la agonía
¿Acaso llegué al final del túnel?
¿Es la representación del síndrome del impostor?
¿O en realidad es mi despedida del más allá, luego del electroshock?
Finalmente resucite otro día: unos le podrían decir borrachera del sueño, otros un coma profundo, pero en realidad es un recuerdo forzado a mí pasado.
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No tengas miedo de crecer
Short StoryLa gran mayoría de las personas mencionan que la mejor etapa de su vida es la infancia, por los juegos y despreocupaciones, sin embargo, ser adulto muchas veces no es tan malo. El por qué se llega a esta reflexión, lo descubrirás acá