Codiciado y deseado por muchos, Jungkook es un alfa bastante intimidante, muy pocas personas logran llegar a siquiera hablar con él, muchos quisieran ser su pareja, pero terminan siendo ignorados. Y Namjoon, él es el presidente del centro de estudia...
Después de que Namjoon hubiera encontrado un lugar lo suficiente cerca de la puerta del súper, fueron corriendo hasta la entrada, tratando de no mojarse demasiado.
— Sabías que iba a llover. — Jungkook hablo, mirando al mayor cuando estuvieron a salvo de la lluvia.
— Si, me fijé el clima hoy — el alfa mayor cerro la puerta detrás de él.
— Entonces podrías haber traído un paraguas.
Namjoon miro al menor por un momento, sin decir nada, parecía que se lo estaba recriminando.
— Bueno, no creí que iba a tomarnos tanto tiempo, tampoco que tendrías que ir a comprar suministros. — ¿sería posible empezar a pelear solo por esto? Realmente era algo que podía esperar.
— Para ser un tipo que parece saber todo, no estás demasiado preparado para estas cosas. — Jungkook se dirigió a agarrar un carrito, sin esperar a que el contrario lo siga, empezó a buscar entre las góndolas.
— ¿Estás queriendo pelear? — Namjoon lo siguió con rapidez, quedándose a un lado del menor, quien estaba agarrando unos paquetes de fideos. Jungkook solo se encogió de hombros.
— No. — Murmuro.
— ¿No? Pues parece que si, si quieres pelear, podemos hacerlo, no me molesta. — parecía bastante divertido con la idea de discutir.
— No, no quiero, porque haces trampa.
Namjoon alzo las cejas al escucharlo, mientras caminaba al lado de Jungkook, quien ya se estaba moviendo.
— ¿En qué hago trampa?
— Intimidas, no es justo.
La risa que soltó Namjoon no le pareció muy agradable al menor y termino mirandolo con el ceño fruncido, pero, solo termino generando ternura al contrario, quien intento no pellizcar sus mejillas.
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—
¿De que te ríes?
— Eres un cachorro Jungkook, tu mala carita solo da ternura — ignorando la mueca de indignación del más chico, paso su mano por sus cabellos, despeinandolo, por lo menos hasta que Jeon le dio un manotazo.
— Ya, no me toques. — Apuro el paso, dejando atrás a Namjoon, quien solo río más fuerte, alcanzando a verle las puntas de las orejas, rojas.
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