«¿Celebrar? 52 años.. no hay motivo para celebrar.. si al fin de cuentas me encuentro sola..»
El reloj sobre el mantel marcaba las 8 de la noche en punto.. Y como era costumbre, Alicia cenaba sola, en esa casa grande donde reinaba el silencio.
Su vida había cambiado radicalmente en este último año.. primero la partida de Rafael, el amor de su vida y el mejor esposo y padre de sus hijos que pudiera haber deseado.
Y después.. oportunidades de estudio y trabajo en el extranjeros se les presentaron a Denise y Jaime, ¿y quién era ella para detenerlos? Al contrario.. lo que más quería Alicia en esta vida era que sus hijos vivieran felices, cumpliendo metas y siguiendo sus sueños.. así que hizo su dolor a un lado, puso una sonrisa en su rostro aunque el corazón se le partiera en pedazos.. y los convenció de aceptar esas oportunidades. Ella estaría bien, acompañada de sus amigas, ocupada con su colegio, no había por que preocuparse..
Denise entonces se encontraba en Paris estudiando arte, su más grande pasión, y Jaime se encontraba en Japón, conquistando cada vez más la escalera ejecutiva en su empresa de tecnología.
Y en estos últimos meses ella lo había logrado, mantener su mente ocupada, pretender que todo era normal. Pero este día.. este día sentía la soledad en lo mas profundo de su ser.
Y ahora aquí se encontraba Alicia.. su primer cumpleaños sola, jugando con su comida con la mirada perdida y aguantándose las lagrimas cuando su celular timbró.
"¿Hola?" Contestó sin siquiera ver de quién se trataba.
"Vístete rápido, que ahorita pasamos por ti." Se escuchó la voz de una de sus mejores amigas.
"No tengo ánimo Estefanía. Solo quiero irme a dormir.."
"¡Nada de eso! Es tu cumpleaños y vamos a festejarlo aunque tú no quieras. Lo mereces hermana."
"Está bien, está bien.." suspiró resignada, sabiendo que era imposible ganarles a esas dos cuando algo se les metía en la cabeza. "Pero nada de escándalo ¿ok?, Ya las conozco."
"Lo juro Ali. Te va a encantar lo que Melany y yo preparamos. Muy digno de una señora fina y recatada como tú."
"Hmm, no te creo, pero ok. Las espero."
Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Alicia al colgar. Tanto bien que le hacían estas locas a su corazón, siempre presentes cuando más las necesitaba, más que amigas eran sus hermanas del alma.
Alicia dejó su triste cena a un lado, y subió a cambiarse y retocar su maquillaje. Un elegante vestido negro fue su elección, de mangas largas, un poco pegado, y corte justo arriba de las rodillas. Su largo y hermoso pelo castaño lo dejo suelto en ondas, un maquillaje natural, tacones altos, su perfume favorito, y ya estaba lista.
Esa mujer que la miraba desde el reflejo era una desconocida. El dolor en sus ojos verdes era imposible de ocultar, por mas que ella lo intentara. Pero esta noche, su vida tomaría un rumbo distinto, uno que la llevaría hacia la felicidad.
Alicia sintió un gran alivio al darse cuenta de que se trataba el plan de esta noche. Era algo íntimo y sencillo. Estefanía y Melany habían reservado su restaurante favorito, y los invitados eran pocos. Solo sus amigos mas cercanos y algunos de los profesores del colegio privado del cual ella era la directora.
"¡Sorpresa! ¡Feliz cumpleaños Alicia!" Gritaron todos en unísono al ella entrar el establecimiento.
Y los primeros abrazos que recibió fueron obviamente los de sus mejores amigas, Melany y Estefanía, una de cada lado. Alicia sonrió agradecida a la vida por poner a esas mujeres en su camino.
"Te dije que te gustaría." Dijo Estefanía.
"Te conocemos a la perfección, hermana. Y aquí siempre estamos para ti, lo sabes. Vamos a celebrar, y no mas lagrimas esta noche." Advirtió Melany con una sonrisa, limpiando una lagrima que se le escapó a Alicia.
Las dos la llevaron a su mesa donde mas de los invitados vinieron a felicitarla. Entre ellos Leopoldo, el profesor de literatura.
"Feliz vida, mi querida Alicia." Sonrió amable besando su mejilla.
"Gracias Leo.. todo esto es increíble. No me lo esperaba."
"Tienes a tu alrededor mucha gente que te ama y que te admira, que te queremos ver bien. Eso nunca lo dudes." Dijo tomando su mano en la suya.
"De eso me doy cuenta.. gracias.." Retiró su mano suavemente volteando su mirada a sus amigas. "Gracias a todos, gracias de corazón."
"Ven Ali, vamos por algo de beber." Estefanía la tomó del brazo casi jalándola.
"Estefanía.. Sabes que no tomo mucho.."
"¿Acaso no te das cuenta amiga? Le fascinas al profe ese." Melany tomó de su vino.
"Y tan guapo que es.." Suspiró Estefanía.
"Pero yo no.. saben que yo no. Ademas Rafael.."
"Rafael ya no está aquí hermana. Ademas él te quisiera ver feliz. Esto de dejar tu vida en pausa no es sano."
"No estoy lista." Susurró Alicia evitando mirarlas a los ojos. "Es muy pronto."
"No te decimos que te cases, Ali." Insistió Estefanía. "O que entres en una relación. Pero si empieza a vivir tu vida de nuevo."
"Un baile, solo un baile, disfruta la música. Este muchacho que conseguí canta hermoso." Dijo Melany.
"¡Esta bien! Ustedes ganan de nuevo. Va, solo una canción."
Sus dos amigas escandalosas pegaron un grito de emoción, Melany fue con los músicos que se acababan de instalar para pedir una canción, y Estefanía fue en busca de Leopoldo para que acompañara a Alicia en su primer baile despues de tanto tiempo.
La música comenzó y ese distinguido profesor, de los ojos risueños, se encontraba enfrente de ella extendiendo su mano en invitación.
"¿Me permite este baile, bella dama?"
Alicia asintió, y con una pequeña sonrisa y tomó su mano, caminando hacía el centro de la pista. Sintió el brazo de Leo rodear su cintura, pero al girar quedó frente a frente al cantante de esta noche.. un joven con una mirada intrigante, y una voz que por alguna razón aceleró su corazón.
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Disculpas le pido si soy atrevido,
Señora preciosa;
Supe de repente, de muy buena fuente,
Que usted no es dichosa
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𝓓𝓮𝓼𝓮𝓸
Lãng mạnMi deseo... volver a ser feliz este año.. Y aparece él, cumpliendo esos sueños que yo imaginaba imposibles en esta etapa de mi vida..