I

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En un mundo donde importa como te ves... A veces no tienes otra opción.

A menos que conozcas a la persona que sea parte de la excepción.

———-Jasha-———•

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———-Jasha-———
•. •

Por primera vez tengo el valor de subirme a una báscula desde que noté que mis playeras empezaban a quedarme ajustadas o incluso, no caberme por ningún lado. Siempre había sido muy delgado y alto, pero después de los catorce años, todo cambió.

En realidad, todos cambiaron y yo cambié también. Solo que mis compañeros de clase y jóvenes de mi edad tomaron cuerpos atléticos y fornidos, las espaldas anchas, brazos gruesos y una mandíbula remarcada. Y como si se tratase de una burla de la vida, mi cuerpo se agrandó debido a la grasa en mis costados, abdomen, espalda, brazos, piernas y en la cara haciéndome lucir una gran papada que se mira imponente si le miras desde abajo.

Soy como una bola gigante con pies y brazos.

Puede que esté exagerando, pero pregúntales a los niños de preescolar acerca de mí y los ostentosos serán ellos.

Mido dos metros cerrados y la báscula me ha dicho que peso la grandiosa cantidad de ciento doce kilos.
Bajo de ella y me coloco las zapatillas deportivas. No recuerdo bien dese cuando mi closet se llenó de sudaderas, pants y tenis. Tengo veinticinco años y parezco un señor con depresión a los cuarenta.
En mes y medio será la cena de navidad. Nos reuniremos en casa de mi padre, el que espera con ansias que lleve a mi pareja. Es mucho más exigente con ello siendo yo el hijo mayor.

¿Pero con este aspecto quien se atrevería a si quiera mirarme?

Me siento miserable y deprimido. Pienso en dormir un rato más, es domingo por la mañana y he acabado mis pendientes del trabajo ayer por la tarde, así que nada me tiene comiendo las uñas y no tengo planes.
Destiendo mi cama para acomodarme cuando tocan a mi puerta. Cierro los ojos suspirando con pesar. Ya me había despojado de mis tenis, entonces decido solo ponerme mis sandalias y acudo a la puerta donde tocan con impaciencia.
El ruido me causa jaqueca.

— Hola her... ¿Hermano?

Al abrir la puerta me encuentro con Lena, mi hermana menor. No pudo evitar escrutarme de pies a cabeza, los ojos se le salían.

— Hermano... ¿Qué te pasó?

Sonreí encogiéndome de hombros y haciéndome a un lado para darle paso.

— ¿Quieres entrar?

Creo que era muy notorio mi cambio.

Lena tiene diecinueve años, es como la princesa de la familia. Consiguió una beca en Francia para estudiar artes plásticas y al parecer ha regresado, solo para mí.

— Mis vacaciones se adelantaron, pero no le avisé a nadie.

— Ya me di cuenta—solté colocando una taza de café enfrente de ella. Me senté al otro extremo de mesa. —¿Cuánto tiempo piensas quedarte?

Big Boy ||RSMX||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora