Un día normal con un mañana y cielo completamente claro. Nubes para el cielo azul, pasto verde con un bello clima cálido perfecto para dibujar con pinceles para luego venderlo en el mercado.
El mejor día para Albedo porque por fin iba a graduarse de la academia una de las más prestigiosa de su ciudad y de esos años. Solo los más inteligentes podían ingresar, sino lo eras, no entrabas.
Aquel día llegó todo fue tal y como se lo esperaba. Su familia, sus amigos, profesores estuvieron con el en su ceremonia de clausura de la clase 4-C.
Aquellos buenos recuerdos le pertenecían desde ahora que se los guardaría cómo el mejor día de su vida. Si solo esa frase se hubiese mantenido con razón.Flashback
20 de agosto una hermosa mañana de verano un día como otros a excepción que este día era la graduación de la clase 4-C por todo su gran esfuerzo que dieron durante estos 6 largos años. Su tutora Lisa estaba muy feliz por todos ellos y saber que tienen un futuro asegurado.
Lisa: Quiero dar un agradecimiento a todos mis alumnos por ser los mejores que he tenido en todos estos años de mi carrera como profesora; les deseo lo mejor para su futuro de ahora en adelante, ya que no podré estar con ustedes, pero no me preocuparé mucho porque confío en ustedes, muchas gracias.
Termino de decir con una sonrisa en sus labios dirigiendo su mirada a todos sus alumnos, de verdad estaba muy orgullosa de ellos por todos los años que paso con ellos.
Pasaron las horas desde que comenzó la elegante ceremonia empezando con un brindis con una copa de champagne para cada alumno. Albedo por su parte estuvo un poco apartado de todos tratando de ordenar sus ideas sobre sus nuevos planes de ahora en adelante, pero fueron interrumpidos por el repentino hablar de una voz femenina al frente de él.
Lisa: ¿Albedo? qué pasa porqué estás tan alejado del resto, ¿por qué no estás con sacarosa? -preguntó preocupada por su alumno.
Lo que ella menos quería era que alguno de sus alumnos este o se sintiera excluido del resto, quería que todos compartan ese último día entre todos ellos como última vez.
Albedo lo miro de una forma comprensiva, pero en realidad sus pensamientos andaban en otro sitio sobre sus planes a futuro.
Sacarosa: Déjelo profesora ya sabemos cómo es Bobeido nunca cambia -habló sarcástica la mejor amiga de Albedo pidiéndole un apodo que le representaba a la perfección.
Albedo: No es nada estoy bien solo estaba pensando y eso no te derecho a que me llames así Sacarosa -el no iba a permitir que solo por ser su mano derecha en sus investigaciones la dejaría que lo llamará por apodos.
Sacarosa: Jajaja ya ni un chiste aguantas, pero no estés solo ahí pareces raro mirando a la nada mejor ven con nosotros -casi y casi se pone de rodillas a qué lo acompañará para que no esté en ese rincón.
Lisa: Sacarosa tiene razón Albedo no tienes que estar pensando a cada segundo disfruta este día con tus amigos ¿si? -agregó su maestra con entusiasmo para que pueda animarse aunque sea un poco.
Albedo cedió a las palabras de su maestra tal vez si tenga algo de razón, ya que le preocupaba desviarse de sus planes.
Sacarosa los arrastró hacia el montón para que se perdiera entre ellos, el plan de Sacarosa era que Albedo tomara un poco para que pueda divertirse. Desde que lo conoció siempre se dedicaba a sus estudios por lo que apenas socializaba, solo puedo hacer amistades por los trabajos grupales que les dejaba sus maestros.
Albedo se arrepintió al instante de haber confiado en Sacarosa estaba en medio de todos sus compañeros algunos bailaban, tomaban, fumaban. Pudo ver cómo ya algunos estaban arrastrándose en el piso por lo mucho que tomaron, mientras que otros estaban en ropa interior; eso incluía a hombres mujeres.
El alquimista trato de salir de ese lugar sofocante e intranquilo con mal olor a vino, cerveza y más bebidas alcohólicas muy peligrosos para la salud "¿Sus compañeros no habían aprendido nada?" En medio de todo no pudo salir de ahí uno de sus lo vio como una cosa indefensa en medio de lobos salvajes.
?: ¡Hey! Albedo ¿qué tal?
Oyó Albedo una voz refiriéndose a el con eso también sintió un brazo pasar por su cuello rodeándolo como un abrazo. Volteo a ver de quién se trataba y puedo ver que era su gran amigo Kaeya.
Albedo: Oh hola Kaeya bien ¿y tú? -mencionó con cierta timidez en su forma de hablar por la presión que sentía a ver a todos sus tomando o estando acompañados.
Kaeya: Bien bien ¿por qué no tomas un poco? todos lo están haciendo -Kaeya sabía muy bien que su amigo no era de tomar, el era algo como más "tranquilo", pero el se iba a encargar de que esa noche fuese como otras anteriores o sino, se dejaría de llamar Kaeya Alberich.
Albedo: No gracias no me gusta el alcohol, ya que es DAÑINO para la salud con un refresco estaría bien ¿no crees? -comentó con la intención de que no siguiera bebiendo, ya sabía cómo era su amigo de borracho, era el más tremendo de toda la academia.
Kaeya: ¿Refresco? Es una fiesta Albedo debes divertirte un poco anda solo un poquito -trato de convencer a su amigo para que pueda divertirse de verdad y no con un refresco.
Albedo: No no gracias yo no bebo y si llego oliendo a alcohol a mi casa puede que-
Kaeya: Tranquilo después tomas agua o te quedas en la casa de Sacarosa, pero va a ser solo un poquito ya solo un sorbo.
El alquimista ya se canso de negar a su amigo, tampoco quería que su amigo se sintiera mal por insistir en que se divirtiera un poco.
Albedo: Hmm... Está bien solo un sorbo.
Tomo el sorbo como le dijo así logro formar una sonrisa victoriosa en el rostro de Kaeya. Ese sorbo se convirtió en bocado, después en una botella entera, luego en dos y tren hasta que perdió la cuenta.
Albedo: Kaeyaaaa creo que voy a buargh
Kaeya: ¡Hey hey! ya respira no vayas a vomitar encima de mi creo que es mejor que vayas a tu casa para que descanses -logró lo que quiso, pero no quería que su amigo vomita encima de el, eso jamás.
Albedo: No no no quiero beber más déjame... déjame ¡No me toques!
Kaeya ayudo con un brazo a Albedo para que se quedará fuera de la fiesta porque estaba como esos borrachos de las calles en la madrugada.
Albedo: ¡No me toque! ¡No me toques! déjame yo sé caminar -habló alterado porque su amigo lo dejara.
Kaeya: Bueno si es lo que quieres acá te dejo adiós. -fue lo último que se acordó lo que su amigo le había dicho esa noche yéndose indignado por tratar de ayudarlo y decirle que lo dejara
Albedo: Jajaja tengo sed jajaja.
Fue lo último que dijo su amigo para quedarse ahí recostado en el suelo riéndose hasta quedarse dormido.
Al día siguiente despertó en habitación con mucha sed y dolor de cabeza ¿cómo llego ahí? fue lo primero que pensó al recordar todo lo que le habían prohibido sus papás.
Esa fue una de sus experiencias más locas que tuvo, su padre casi lo manda a matar por el comportamiento que había tenido y llegar en la madrugada. Pero hasta ahora se pregunta ¿cómo había llegado hasta ahí?
Sus padres le dijieron que estaba en la puerta de su casa durmiendo profundamente. Le sorprendió que sus padres no lo hayan despertado con agua helada.Fin del flashback
Lo único que aprendió de toda esa experiencia es que no debía de confiar siempre en su colega Sacarosa y no dejarse mal influenciar por nadie, mucho menos por Kaeya.
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Dueño de las culpas
RomanceAño 1872 un año muy clasificatorio, de injusticias, etc. Albedo un chico de 19 años el mejor alquimista de su clase, muy sobresaliente en sus estudios. De Florencia de la ciudad de Italia dónde habían estado grandes renacentistas y escultores. Su gu...