"Romeo Y Julieta"

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Y finalmente llegó, hoy era el día de la obra. Cada preparativo, cada escena ensayada, cada minuto dedicado a los vestuarios, cada noche desvelada por ensayar los guiones hasta aprenderlo de memoria, todo ese esfuerzo valió la pena por completo en el momento que entré al conservatorio del instituto; fue simplemente maravilloso. Caminé hasta el pasillo de producciones y entré en una puerta que rezaba "Vestuarios y Maquillaje", y busqué entre 4 percheros el vestido de Julieta, que tenía una etiqueta donde decía mi nombre.

El vestido era hermosísimo; tenía mangas abullonadas, cintura de emperador y una caída hasta los pies tapandolos por completo, era de un color verde Jade oscuro que complementaba perfectamente con mi rojizo cabello rizado. Para los accesorios, eran un collar muy delicado y claramente antiguo de perlas falsas, con una cantidad inusual de anillos con diseños de distintas aves en cada mano, los cuales se encontraban arriba de unos mitones verdes un tono más oscuro que el del vestido, que terminaban casi alineados con las mangas abullonadas, divididas por un espacio de piel al aire marcadas por un encaje blanco.

El maquillaje, del cual me encargué yo misma, era lo que yo llamo un "Clean-Up MakeUp"; sin base porque quería que resalten las diminutas pecas que reinan en lo más alto de mis no marcados pómulos, por lo que use un poco de corrector para las partes debajo de mis ojos, el arco de mis labios y algún que otro granito que tenía. Iluminador plateado bastante difuminado en los lagrimales, la punta de la nariz, el arco superior e inferior de los labios, rubor de un rosa bebé prácticamente invisible.
Para la parte de los ojos hice algo delicado y bastante simple, una sombra dorada que al igual que el iluminador estaba bien difuminada, un delineado líquido marrón claro dando un efecto lifting natural y rímel. En los labios un resaltador de Ph con un gloss estuvieron de maravilla.

Salí rápidamente para reunirme con el resto del elenco, quienes ya se encontraban reunidos detrás de las bambalinas, nuestro mayor punto de encuentro. Había varios profesores de literatura y Educación Artística de diferentes cursos, ellos eran los encargados de toda la producción en cuanto a sonido, iluminación, organizar a la gente y demás.

-Bueno chicos, ¿Cómo están, nerviosos?, yo por mí parte, ¡estoy muy contenta y emocionada por el día de hoy! Pero principalmente, estoy muy orgullosa de cada uno de ustedes, el esfuerzo y responsabilidad con las que llevaron la obra es impresionante, así que ahora, ¡salgan y rómpanse una pierna! sobre todo, disfruten. ¡Los amo!- dijo la profesora Liria, nuestra profesora de Literatura.

Si bien a veces era algo tosca y al contrario de mis compañeros, yo le tenía mucho aprecio, llegando incluso a ser mi profesora favorita. No sé muy bien el motivo pero siento que es muy dulce y maternal, aunque sea considerada estricta y dura por el resto.

Las chicas corrían de acá para allá retocando el maquillaje, los chicos nerviosos practicaban sus líneas, la gente llenaba las butacas, los profesores se alistaban, las luces se apagaron, la música sonaba y finalmente, el show empezó.

Aproximadamente dos horas y veinte minutos después, la obra terminó, dando lugar a aplausos, saludos, felicitaciones, diplomas y por supuesto algún que otro padre llorando emocionado por sus hijos.

En ese momento me sentí un poco mal al ver a todos los estudiantes yendo a reunirse con sus familias, ya que claramente mi familia no me podía ir a ver, puesto que viven en otro continente.
Pero enseguida me recuperé, ya estoy acostumbrada a estar sola, incluso estando en mi ciudad natal, la situación sería la misma, así que voy a salir a festejar de la noche estupenda que tuve con mis amigos tan geniales y no voy a dejar que esto me detenga, pensé.

Luego de un rato la gente se comenzó a ir y quedamos los del elenco junto a los profesores. Nos despedimos y cuando estaba por salir, se me acercó la persona que menos esperaba ver: James.

-Hola Stanford! Estuviste estupenda en la obra, salió de maravilla.- me dijo con su usual tono juguetón y alegre.

-Hola Harrison, gracias, e igualmente estuviste muy bien en tu obra- James no había participado en Romeo y Julieta, su grupo participó para Hamlet, por lo que estuvo hace unos días en su propia obra. Debo admitir que la actuación no se les da nada mal, pero especialmente la suya, se sintió muy... natural.- ¿Qué haces por aquí, de hecho?- pregunté confundida.

-Pues, además de venir por mis amigos (que ya se fueron), quería aprovechar y ver la obra escolar. Y, me estaba preguntando, si no te gustaría ir a comer algo, para celebrar y a modo de disculpa por las veces que te molesté- propuso riendo un poco tímido.

-Una comida por daños emocionales?- dije bromeando- acepto, aunque me debes bastante más que eso.- mi comentario le robó una risa muy bonita, sonora y corta, con la que inevitablemente sonreí.

-Bien, vamos?

-Vamos.

Rosas con Aroma a PinturaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora