Wild Stage [TanIno]

Capitulo 4

– ¿Eh?

El silencio reinaba la habitación, con ambos parados unos enfrente del otro, verde contra rojo chocaban con sus miradas, una confundida la otra segura. Entonces el pelirrojo llevó su mano hasta la camisa del menor levantándola y mostrando así su torso, Inosuke no entendía lo que hacía el otro, empezó a sentir algo de vergüenza. No sería la primera vez desnudo delante de un chico, jugando deportes en la duchas era lo más normal, pero esto era diferente. La tensión y la intimidad, hicieron que su corazón latiera nervioso, las manos pasaron al botón de su pantalón intentando abrirlo.

– ¿Q-que haces?

Se hizo un poco hacia atrás, agarrando las manos del más alto para que no siguiera pero Tanjiro no hizo caso y volvió a cortar distancia, agarrando otra vez la cremallera del pantalón ajeno, abriendo el cierre en un movimiento y bajando los pantalones del peliazul. Este nervioso lo empujó intentó alejarlo, pero por culpa de su pantalones abajo tropezó cayendo de espaldas encima del sillón.

Tanjiro subió sobre este impidiendo que se moviera– te-tengo que verlo de cerca.

– ¿¡Qué carajos quieres ver!?

El grito del menor mientras le jalaba el cabello para que lo viera de frente lo hizo pensar que no estaba bien lo que hacía, y se respondió mentalmente– lo siento pero no puedo parar ahora...

Llevó sus manos a las caderas de Inosuke ignorando su pregunta, era una cintura pequeña y definida la que tocaba, creando más caderas de las normales en un chico. Inosuke comenzó a moverse a lo loco lanzando las manos para que no lo tocará, cada vez que lo hacía su piel temblaba y hacía un cosquilleo raro en ella, no estaba cómodo con eso, era un sentimiento nuevo. Tanjiro comenzó también a detenerlo, ya que sus piernas fuertes empezaron a intentar doblarse para crear aún más distancia. Estuvieron varios minutos es ese forcejeo rudo hasta que el pelirrojo logró dejarlo quieto y sin previo aviso bajo la última prenda de un rápido movimiento mientras subía la camisa de nuevo, y abrió los ojos sin realmente querer hacerlo. Ahí estaba su dolor de cabeza, con ese miembro de un buen tamaño entre sus piernas donde no había duda del género del menor.

– ¿Satisfecho?– escucho la voz era algo entrecortada, cansada y suave, mucho más de lo normal.

Tanjiro miro al chico de nuevo estaba muy rojo y estaba aguantando la vergüenza, sus ojos parecían más cristalinos ¿Acaso iba a llorar? Mientras su pecho subía y bajaba recobrando el aliento no se atrevía a sostener su mirada. Su piel pálida y rosada por la fricción de ambas pieles lucía cómo porcelana nueva, el aroma que desprendía era exquisito, entre su perfume de madera y el sudor masculino, no era asqueroso sino todo lo contrario. Subió un poco para ver de cerca esos labios de cereza, abiertos y jugosos, llamándolo para que los probara.

Aunque toda su burbuja se rompió junto a ese buen ambiente cuando algo golpeó su cabeza, alzó la cara para encontrarse con el chico rubio de antes.

– ¿¡Que carajos está pasando aquí!?

Tanjiro se quedó con la boca abierta, se hizo la misma pregunta al mirar al chico abajo suyo, nervioso y avergonzado se levantó sin saber que hacer o decir. Sus manos temblaban y sus piernas apenas podían sujetarlo, eso era claramente acoso, no tuvo de otra más que acomodar su ropa y salir corriendo del lugar.

Corrió hasta que sus piernas comenzaron a arder, decidió ir solo a casa saco su celular solo para avisar a Genya que él también podía irse a casa pues ya no trabajaría el resto del día, en un mensaje mal escrito y apenas entendible. Al llegar a su casa solo pudo acostarse en su sillón, tapando su cara con las manos soltando un largo y fuerte suspiro.

¿Hasta dónde hubiera llegado si no lo hubieran detenido? ¿Habría violado a un chico solo porque se dejaba llevar por el ambiente? Desde que había descubierto que la chica que siempre amó era en realidad un chico cada vez se volvía más loco y cada vez era más difícil no pensar en eso. Así pasó una semana más en dilemas y pensamientos sin inicio ni final solo ideas en el aire.