1

7.6K 516 78
                                    

Era otoño y las hojas caían por el viento, los árboles quedaban con sus ramas desnudas y expuestas.

Bajo uno de estos árboles se encontraba un chico pelinegro, con un aspecto callejero e intimidante, en soledad estaba fumando cigarrillos, uno tras otro cómo si su vida dependiera de ello. Aunque, no me alejo mucho de la realidad, Jung kook se había vuelto adicto a la nicotina y un experto en jugar con el humo, sus conocidos lo alentaban a realizar su pequeño show en fiestas para demostrar su habilidad con este, las chicas se volvían desesperadas por respirar cerca del pelinegro pero este solo se enfocaba en aspirar e inhalar sustancias problemáticas.

Jung kook no era famoso pero si reconocido en la secundaria, lamentablemente las historias sobre el jamás eran buenas. Fué encontrado dándole un oral a una de tercer año en los auditorios, golpeó al capitán del equipo de fútbol y le rompió dos dientes, los maestros siempre lo sacan de los aulas porque apesta alcohol, cigarrillos o está completamente drogado. Se rumoreaba que sufrió una sobredosis de metanfetamina en los baños del gimnasio pero nadie sabe si es o no cierto.

El chico desaparecía de vez en cuando, por varios días o semanas, así que era muy normal que sus padres lo buscarán por toda la cuidad con angustia, sus corazones no soportaban perderlo a el también.

Mamá.

«Hijo, ¿A qué hora volverás?»
«Vuelve para comer, ¿Si?»

Leyó los mensajes, salió del chat, suspiro profundo y se levantó con algo de dificultad, hoy no regresaría a casa, claro que no, Jackie lo había invitado a una pequeña reunión privada. El problema principal era la ubicación, el lado sur era frecuentemente visitado por el pelinegro pero sus padres vivían en el lado norte de Corea, el sector pudiente y adinerado.

No crean que eso era un problema para el chico, su nueva adquisición era fascinante, una moto fue la solución a sus problemas, la velocidad se convirtió en su nueva adicción.

– Hey JK, te estábamos esperando

Jackie era su principal proveedor de drogas, talvez hasta lo consideraba cercano pero no eran amigos.

– ¿Qué tienes para mí J?

– Viejo, tengo un nuevo producto, es genial, mi amigo Lex lo distribuyó por la zona b y la gente ya lo está pidiendo otra vez.

– Parece prometedor – dijo tomando algunos sobres pequeños

– ¿Entonces?

– Dame 5g de THC, 7g de COC, dos del producto nuevo y ¿Dónde demonios está mí AMP?

– Tu AMP está custodiada, ayer atraparon a uno de mis hombres, el bastardo no pudo con este trabajo – decía mientras se sentaba en el sofá

– Mierda.

Jung kook maldijo una y otra vez, con esto no sobreviviría una semana

– ¿Tienes OXI o MOP?

– Tengo ambas, ¿Cuánto quieres?

– Lo que sea, para una semana

Entonces le dió un par de sobres, J cerro con candado una caja fuerte y salieron de aquella habitación, volviendo al ambiente caótico que había en el resto de la casa.

El pelinegro se sentó en medio del sofá y en la mesita de centro se preparó una línea de cocaína, necesitaba estar lo suficiente drogado para poder sentirse vivo y cuerdo con el exterior.
Apoyo su cabeza en el respaldo, mirando el techo sentía como poco a poco hacia efecto en su sistema, la sonrisa en su rostro lo decía todo.

.

Impresionante, había llegado a las 8 de la mañana justas, su madre de seguro estaba preparando en desayuno, cruzó la puerta y justamente como pensó, su madre se encontraba en la cocina. Cuando volteo y vio a Jung kook entrando solo siguió cocinando, ya era costumbre, no sé sentía ni siquiera decepcionada de su hijo.

ᴄᴀꜱᴛɪɢᴏ ᴅᴇ ᴀᴍᴏʀ [kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora