En ocasiones te das cuenta que la persona a quien amas, es esa que estuvo cercanamente lejos.
Bella sabía perfectamente a quién quería, pero estaba claro que no podía dejarse llevar por sus sentimientos.
Y el inesperado acercamiento de Jasper Hale...
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Bella Swan
Ya era viernes y como todos los días en Forks, estaba nublado y a pesar del frío, sentía una extraña calidez en mi interior.
Edward me recordó diversas veces que los pasajes de avión que Esme y Carlisle me dieron en mi pasado cumpleaños estaban a nada de caducar.
Me insistía que debía ir a visitar a mi madre, pero no estaba segura de hacerlo, a parte de que Emma no iría conmigo, pues ella y Renée nunca han tenido una gran relación. Tampoco pienso en ir con Edward, eso implicaría darle innecesarias explicaciones a mi madre sobre el porqué mi ex novio me acompaña en ese viaje.
No fue hasta que la voz de Emma me sacó de mis pensamientos.
—Jasper debería acompañar a Bella —por un segundo fue como si mi corazón se detuviera y mi mente olvidara como se respira.
La sorpresa también se vio reflejada en el rostro del rubio y la pequeña sonrisa que se dibujó en sus labios provocó que tuviera que apaciguar la sonrisa que quería formarse en los míos.
—Creo que es una buena idea —esta vez es Alice la que habla. Tragué en seco, pero lo peor, ni siquiera pude pasar correctamente la saliva, porque de un momento a otro, ya me encontraba ahogando con la misma.
¡Solo a mi me puede pasar esto!
Emma dio pequeños golpes en mi espalda y Jasper acercó la botella de agua que tenía de adorno al simular el almuerzo, así que bebí de ella y a los pocos minutos ya sentía que podía respirar nuevamente.
—¿Estás bien, Bells? —moví mi cabeza en señal de afirmación y me recargué en Emma.
—Puedo ir sola... —murmuré.
Lo que más quería era ir con Jasper Hale este fin de semana. Desde la salida que tuvimos hemos estado hablando mucho, y Alice no había asistido a clases hasta hoy, por lo que pasábamos gran parte del tiempo juntos, aunque en el almuerzo nos sentábamos Emma, Edward, Jasper y yo.
—No me gustaría que fueras sola, Bella —dice mi prima. Aprieta levemente sus labios, dándome seña de que hay algo más detrás de este viaje tan apresurado que los Cullen quieren que haga.
—A parte, Jasper es del sur, seguro que le gustará ir —Alice lo dice con tanta alegría y entusiasmo que solo provoca que se revuelva mi estómago.
No he podido hablar con Alice, aunque la idea de mi cabeza no se quita. Tal vez al decirle a ella directamente lo que siento, me ayude a liberar un poco mi preocupación, y puedan ocurrir dos cosas; Alice me agradecerá por ser sincera con ella y no se enojará. O puede que se enoje mucho ―pues me había considerado su amiga― y no vuelva a hablarme nunca.
Jasper me había dicho que quería decirme algo importante, pero no lo ha hecho. En realidad no le he dado la oportunidad, pues quería mantener de alguna forma mi distancia, aunque eso no sirviera de nada.
