Capítulo 3-Miedo

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Gritar fue lo más estúpido que pudo haber hecho. Jungwon se guió por la desesperación del tipo que corrió ecaleras abajo para tratar de abrir la puerta de otro cuarto de la casa. Cuando logró entrar, comenzó a buscar por el cuarto todo lo que le podía servir para defenderse.
Jungwon se acercaba a paso lento, viendo como el anteriormente nombrado sostenía una botella de vidrio la cual había roto para apuntarle con lo que había quedado de ella.
Este chico se le avalanzó clavandole una parte de la botella en el hombro a Jungwon, aventandolo al suelo. Con un poco de dificultad se reincorporó para volver a estar cara a cara.
-Me sorprende que eres el único hasta ahora que se defendió- Se arrancó el pedaso de botella de su hombro soltando un fuerte quejido, para acto seguido tirarse encima del contrario.
Agarró al chico, lo tiró al suelo y golpeó repetidamente su cabeza contra el filo uno de los muebles hasta que vio que su cabeza sangraba y este dejó de moverse. Arrastró dificultosamente el cuerpo hasta la cocina y lo dejó allí junto a su primera víctima.
Al salir de la cocina se encontró con el cuarto desconocido.
Al ver los cuerpos, este empalideció, y comenzó a suplicar mientras retrocedía torpemente chocando con las cosas que se interponían en su camino

-Por-por favor, no lo hagas, p-POR FAVOR, NO ME HAGAS ESTO-cada vez comenzaba a alzar más la voz.
Cada una de las voces de las personas con las que este intercambió palabra, le resultaba conocida, como si ya antes la hubiera escuchado. Se tomó un tiempo para mirarlo y escucharlo un poco más.
Sus gritos y súplicas ya lo estaban cansando, así que dejó de tomomarle importancia a esa voz y esos gestos que se le hacían tan familiares.
Tomó fuertemente del cuello de ese tipo que se le hacía tan conocido y procedió a ahorcarlo mientras lo levantaba levemente des suelo. Este tiraba golpes al azahar tratando de zafarse de los brazos de Jungwon, pero apenas lograba moverse. La cara se le tornaba morada y las venas comenzaban a sobresalir del cuello.
Por más que lo ocultase, Jungwon estaba disfrutando esto.
Levantó la mirada y lo vio a los ojos.. esa mirada aficción del joven se mezcló con el gozo de sus propios ojos. Finalmente, soltó una lágrima y se rindió..dejó de luchar por su vida y se dejó caer. Esa lágrima no era solo de miedo, era más bien de tristeza, como si se sintiera traicionado por alguien muy querido.
Lo miró por última vez, como si le estuviese colocando su vida entre sus manos con toda confianza, sin ánimos de defenderse o hacerle algún tipo de daño para sobrevivir.

 Lo miró por última vez, como si le estuviese colocando su vida entre sus manos con toda confianza, sin ánimos de defenderse o hacerle algún tipo de daño para sobrevivir

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