A Teenager's Romance -Edmund Pevensie-

Cap.1- Rhia Wood.

Mi nombre es Rhiannon Wood, pero mi familia sabe que odio ese nombre, por lo tanto, soy llamada Rhia.

Se pronuncia como "Raya", lo explico porque muchos lo han dicho mal.

Mi madre siempre me dice que tengo que acostumbrarme a mi nombre completo, dice que es "lindo", pero la verdad nunca termino convencida. No queda de más decir que ni siquiera mi madre me dice "Rhiannon" por lo cual ya no me identifico con ese nombre.

Ya fue mucha introducción.

En otro enfoque estoy aquí, muriéndome de aburrimiento en mi enorme y sombrío cuarto.

Simplemente volteo a ver la ventana esperando que Maisy (el ave que veo todas las mañanas) se pare frente a ella.

Son las 4:30 p.m y podría estar haciendo cualquier otra cosa, pintar, leer, escribir e incluso cocinar, que aunque no me guste admitirlo es divertido, pero simplemente estoy pensando.

Pensando...

La vista desde mi cuarto es excelente, hay árboles, un arroyo y demasiadas flores preciosas para contarlas.

Suena cursi pero es lindo apreciarlo.

Y ahora intento entender cómo es que el tío Kirke ha permitido que cuatro mocosos (los hijos de su queridísima amiga) entren a esta mansión.

¡Aghh, es tan frustrante!

Ni siquiera tuvo la decencia de preguntarme si estaba de acuerdo.

He estado viviendo aquí desde que tengo 4 meses, y ahora tengo 13 años, realmente me enfurece que otros niños vengan como si nada a robar el espacio de este lugar.

Siempre hemos sido yo, el tío Kirke y la Sta. Macready, y con eso basta.

Lo peor es que ni siquiera he convivido con niños de mi edad, tienen que ser enfadosos e inmaduros.

-¿Tú qué opinas Maisy?- me acerqué a la hermosa ave mientras posaba una mano en mi mandíbula- Estoy segura que estás de acuerdo conmigo, ¡es una tontería entera! Que se encuentren otro lugar para vivir- fruncí el ceño para entonces aventarme en la cama.

Logicamente el ave no diría nada, pero aún así quería desahogarme con alguien...

¡Claro, Mamá!

Rápidamente salí de mi cuarto para tomar el teléfono de la sala y poder llamar a mi madre.

Sin duda sería la mejor persona en estos momentos para hablar.

-Rhia, hija, ¿qué sucede?- preguntó añadiendo un largo suspiro al final de la oración.

-Mamá, realmente esto es ridículo, inconciente y estúpido, ¿por qué mi tío dejaría entrar a personas completamente desconocidas?- reclamé con una voz un tanto frustrada.

-Rhia, tienes que dejar de ser egoísta hija- dijo con una voz suave- esos niños necesitan un refugio, sabes que la guerra sigue en pie y es muy arriesgado para ellos seguir en esa ciudad. Además no son desconocidos mi amor, cuando eras una niña recién nacida los viste por primera vez, su madre y yo somos buenas amigas, sé gentil con ellos por favor y hazlos sentir como en casa, ¿está bien?- dijo con una voz un tanto innegable.

Será más difícil de lo que creí.

-Está bien madre- respondí de mala gana mientras torcía mis ojos.

-Te lo agradezco hija, ahora, prepárate y recíbelos con mucha devoción, recuerda que te quiero Rhia, te llamo por la noche- terminó de decir para entonces colgar el teléfono.

¡¿Por qué a mí?!

Me dirigí al cuarto para cambiarme, ni siquiera me preocuparía por que mi ropa se viera bien (aunque tengo demasiado estilo y sale solo) así que tomé unos pantalones algo sueltos y una blusa marrón que se adapta perfectamente a mi cuerpo.