Cap.2- Puedo entenderte.

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Pequeñas lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, me daba demasiada pena que me vieran llorar, entonces rápidamente las sequé con las mangas de mi pijama.

-¿Ya ves lo que ocasionas por descuidado Edmund?- empezó a regañarlo el mayor.

-Está bien, sólo necesito una venda- dije levántandome del suelo con ayuda de la más pequeña- ¿Podrían pedirle a Macready una?- dije ahora con la voz entrecortada.

-Claro- respondió la castaña para entonces buscar a la Sta.Macready, al instante llegó y me colocó una extraña pomada verde, para posteriormente vendarme la muñeca.

-Esto tiene que ayudar, te recuperarás pronto- volteó a verme para luego posar su mirada en los demás hermanos- ¡y que esto no se repita!- dijo un poco histérica para entonces retirarse a la cocina.

-Espero te recuperes muy pronto- dijo la pequeña con una sonrisa.

-Gracias pequeña- dije devolviéndole una sonrisa, ahora sí que me sentía muy mal por haberles hablado así...bueno, por lo menos a los tres hermanos- Bueno, ya saben mi nombre, ¿Cuál es el de ustedes?- dije volteando a ver a los tres hermanos.

-Yo soy Peter, ella es Susan, Lucy y Edmund- los presentó el rubio.

-Es un gusto- dije haciendo una pequeña reverencia- y tú, Edmund- dije señalándolo con la mano vendada- no creas que esto se queda así- dije con el ceño fruncido y una voz seria.

-Uy sí, que miedo- exclamó el pecoso, espero le vaya muy bien en su estancia...

Pasamos todos a la cocina, y Edmund, todavía seguía con el berrinche de hace rato, robó mi lugar preferido, y eso es imperdonable.

Pero no dejé que eso me molestara de más, tengo que controlar mis emociones.

Así que me senté en el único lugar diaponible...

Al frente de él.

Los platos ya estaban servidos, entonces sólo me tocaba repartir los cubiertos.

Tomé las cucharas y las servilletas y las puse delicadamente a lado de los platos de los chicos.

Y cuando llegué al plato de Edmund la tiré encima de la sopa, haciendo que ésta le salpicara toda la cara.

-¿¡Qué demonios te pasa!?- dijo tomando la servilleta para entonces limpiarse la cara.

-¡Ups! Perdón, no fue mi intención- dije sonriendo mientras todos los demás reían.

-Muy graciosa niña, veremos quién ríe el final- dijo con una sonrisa retadora, a lo que yo sólo tomé de mi cuchara para tomar la sopa.

Después de las risas se formó un silencio bastante incómodo, sólo podía escuchar las succiones que le daban a la cuchara mientras los hermanos se volteaban a ver incómodos, y eso me descontrolaba un poco.

La mejor idea era hablar sobre algo.

-¿Les gustaría hacer algo después de la cena?- me apresuré a preguntar con un suspiro.

-¿Algo como qué?- preguntó Susan levantando una ceja.

-Bueno... si no le dicen a Macready, podemos salir un rato al bosque, aún no oscurece del todo- dije susurrando.

Los hermanos se voltearon a ver decididos.

-Seguro, supongo que nos caería mejor con este día- dijo Peter sonriendo, a lo que yo con una sonrisa seguí tomando de mi sopa.

Se notó el entusiasmo al ver a los hermanos comer un poco más rápido, en especial Lucy, es tan tierna.

Pero claro, Edmund tomaba la cuchara, le daba vueltas, la hundía en la sopa, la sacaba y se la tomaba.

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⏰ Última actualización: Jan 25, 2023 ⏰

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A Teenager's Romance -Edmund Pevensie-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora