Prólogo #1. Flor Marchita

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Los sentidos de Matt se disparan violentamente, Matt arroja con fuerza el libro que tenía en sus manos, no había alcanzado a ver completamente lo que estaba escribiendose. Pero no pudo importarle menos.

Al instante cayó al suelo, apenas sosteniéndose de sus rodillas.

Celestia se asustó y preguntó a Matt si le pasaba algo, aunque él no pudo oírla perfectamente. Su visión estaba borrosa, su audición parecía haberse apagado y después encendido lentamente, como si tratara de mantenerse a flote.

Sintió entonces una horrible sensación en el estómago, entonces vomitó.

"¿Qué demonios pasa?"

Se limpió lo que quedó de vómito en sus labios mientras trataba de ponerse de pie. Celestia lo ayudó inmediatamente y lo llevó tomando su brazo derecho detrás de su cuello mientras lo sujetaba desde la cintura.

Caminó y caminó. Todas las habitaciones estaban abiertas, no había nadie en alguna de ellas. Parecía como si nunca hubiera vivido un alma ahí.

Celestia tenía una mirada determinada y desesperada mientras gritaba por ayuda, ya había recorrido vários pasillos. Sin respuesta.

Matt apenas aguantaba la sensación de debilidad y frío en su cuerpo, no había heridas pero parecía como si su vida estuviera siendo absorbida desde dentro.

- ¡Maldita sea, ¿dónde esta todo el mundo?!

Celestia sin otro remedio, acostó a Matt en el suelo con delicadeza. Estaba temblando del frío y miedo. Se concentró y extendió las manos abriendo sus palmas recitando un hechizo mágico.

- Por favor madres de la creación, sanen al hombre de carne y hueso frente a mi, se los imploró.

Una série de luces de todos los colores aparecían rodeando el cuerpo de Matt y las palmas de Celestia.

Celestia se veía esforzada, estaba empezando a frustrarse de no ver resultados, a lo que imploró con más fuerza.

Los ojos empezaban a cerrarse permanentemente, la visión se nublaba, los oídos se tapaban, el corazón dejaba de latir, y la sangre dejaba de fluir. Lo único que Matt podía sentir era su rostro y parte de su pecho.

- No resisto más... –Sus esfuerzos por resistirse a la muerte eran en vano.

Los ojos de Matt estaban entrecerrandose, y el alma ya casi escapaba del cuerpo.

Finalmente los ojos procedieron a cerrarse, pero lo último que sintió Matt fue una gota de sangre cayendo en sus ojos.

- ¿De quién...?

Matt había muerto.

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Contaba la leyenda, que cuando el infierno se alzara sobre la Tierra, y de ella emergieran temibles monstruos, de la flor que sostiene la Diosa del Destino caerían 7 de sus pétalos sobre 7 individuos traídos de otro mundo, estos serían los héroes que salvarían al mundo del dios demonio.

Sin embargo, la diosa también había establecido la invocación de 50 héroes a ese mundo, de los cuales solo algunos resaltarían, y entre esos algunos, otros resaltarían, y entre ellos, 7 serían los más resaltantes. Mientras que estos 7 serían los héroes que derrotarían al dios demonio en el Territorio Agonizante de los Caídos, los otros invocados seguirían su propio camino como héroes, siendo una especie de apoyo no solo para los 7, sino también para el resto del mundo.

La Diosa del Destino al haber dividido su poder, les otorgaría bendiciones y talentos a cada héroe, así como objetos mágicos que los ayudarían en su inicio.

Los héroes habían sido elegidos hacía muchos años atrás, había habido en total 3 generaciones de héroes diferentes a lo largo de la historia. Pero misteriosamente, todavía se desconocía la verdad detrás del dios demonio, ¿cómo surgió? ¿por qué quiere acabar con la vida y la paz?

Pero lo que nadie se preguntaba, era ¿quién era la Diosa del Destino?

Según las leyendas ancestrales, era un ser divino que adopto la forma de una mujer humana hace miles de años, quien peleo contra el dios demonio y todo su ejército, para finalmente sellarlo usando el poder de las estrellas. Creo a los guardianes espirituales e hizo que sus poderes fueran usados por todo ser viviente. Eran muchas las leyendas de la diosa, sin embargo, aun con todos sus vestigios, no se pudo dar con la identidad de este ser, no sabían lo que pensaba, porque peleaba, por quienes peleaba, sus intenciones, sus secretos. Nada.

Solo sabían que sin ella el mundo habría agonizado irremediablemente, era la luz que cubría al mundo, así como al sol.

No Otro Isekai Más / En Otro MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora