El paso de un fantasma

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Lloraré por los ojos que no ven,
rodarán mis lágrimas por ellos que se niegan a mirar.
Ignoran que una grieta dejó un tren,
ignoran que al rodar por vez primera en el cielo dejó una huella.

¿Cuándo el hombre decidió marcar su paso con talones de acero?

Avanza aplastante por veredas y quebradas,
no ve atrás los huesos que su talón aplasta
y quienes lo ven, lo admiran por su avance...
Todos están dormidos, como si por magia su mente estuviera en trance.

Han de despertar llorando, por no lamentar conmigo ahora el paso de un pequeño gigante.
Han de crujir los huesos del ciego por elección.
Ya está visto el talón de acero dominante,
borrando rasgos del débil que lo ensalza sin ver su destrucción.

Voces del mañanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora