Capitulo 06

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Gül Khatün miro con reproché hacia la nueva concubina del Sultan. No sé quejaba, para ella era una bendición de que Mehmed no se quisiera acostar con ella, pero dentro del harén eso no le favorecía en lo absoluto.

¿De que le servía ser la favorita si no era respetada? Se burlaban de ella y rumores de que era infértil corrieron por el palacio más rápido de lo que ella creía. Habían crecido junto al Sultan Mehmed y era tratada como una más de las sultanas. Hürrem le tenía aparecio, pero las criadas se burlaban de su incapacidad de producir un heredero.

" Has estado últimamente muy callada. ¿que sucede? " Hürrem Sultan dejo de comer para ver fijamente hacia la joven quien había sido su odalisca. La había entregado como concubina hacia su hijo una vez está cumplió los diecisiete años.

" Huh, Madre Sultana. ¿Ha oído los rumores que corren por el palacio? " pregunto en un tono cauteloso, apretando sus manos contra su vestido.

Ella no deseaba acostarse con Mehmed, pero necesitaba un bebé para mantener su cabeza en su lugar durante un tiempo aún más prolongado.

" ¿de que eres infértil? " la madre sultana alzó una ceja con una sonrisa tranquila y la confusión tomo el cuerpo de Gül Khatün.

" Sí... Las odaliscas y las criadas se burlan de mí, madre " confesó sin pelos en la lengua y la madre sultana suspiro impaciente.

" ¿Quien crees que ha dado a conocer dicho rumor? " Gül abrió sus ojos confundida. Pero su rostro pareció iluminarse y una mirada incrédula fue hacia Hürrem quien sonrió confiada. " Solo así mi león tomara cartas en el asunto, solo así, serás la primera. "

Ser la primera...

Ser la primer sultana del Sultan en todo su gobierno. Eso requeriría proteger a su príncipe todos, desde el más débil de los humanos, hasta el más poderoso y justo.

No entendió muy bien del por qué de aquel rumor. Pero cuando fue llamada nuevamente el jueves por pedido del Sultan y no por órdenes de la madre sultana, su corazón comenzó a later tan fuerte que Sümbül Ağa podía hasta oírlo.

" ¿Por qué estas tan nerviosa, eh? " Sümbül Ağa le miro de reojo con una sonrisa burlona creciendo disimuladamente por sus comisuras. La joven Khatün sintió sus mejillas enrojecer ante los ojos burlones dem Ağa.

" Hace muchísimo tiempo su majestad no pedía verme. " comentó. Y era verdad, Mehmed había comenzado a ignorarla hace unas semanas atrás y solamente llamaba a la nueva concubina. Aquella que se paseaba ante sus ojos con las joyas que el Sultan le regalaba. El corazón de Gül ardía en celos. Ella fue la primera en recibir todos esos regalos y aquella descarada, se atrevía a presumir frente ella.

" Huh, será por qué aquella mujer lo ha encantado " Sümbül bromeo para hacerla enfadar. Y lo logro, los ojos claros de Gül se oscurecieron en molestia y celos.

No amaba a Mehmed, lo sabía. Pero no quería que mirase a otra mujer, no quería que toque a otra y no quería que de los regalos que eran suyos por orden de llegada. Pronto, frente la puerta de los aposentos del Sultan, las puertas se abrieron y de allí salió aquella víbora dueña de sus pensamientos odiosos. Su corazón tuvo un salto de molestia y incertidumbre. Si el Sultan se negaba a tomarla, pediría el ser desposada por algún Pasa haría lo que sea, todo, con tal de convertirse en sultana.

" Gül Khatün. ¿Que pasa? Hace unos segundos tu rostro brillaba de alegría... ¿te has dado en cuenta de tus falsas esperanzas? Pronto seré la única mujer de su majestad, solo deberé dar a luz en jueves santo" la mujer alego con una sonrisa soberbia y Sümbül tuvo que suspirar y tomar todo su autocontrol para no burlarse de aquella simple concubina.

" ¿Te mofas por un jueves santo? Querida... De todos los que he tenido, puedo asegurar de que de tu vientre no saldrá ni un manzano " le dijo, mientras hacía chocar hombro contra hombro.  La concubina suspiro resignada y miro a Sümbül para volver hacia el harén.

Gül Khatün reverencio a el Sultan quien estaba sentado en la pequeña mesa perfeccionando una nueva joya, seguramente, para aquella víbora ponsoñosa.

" Gül. " llamo el Sultan con una pequeña sonrisa. Levantándose para acercarse a ella. Ella quien había recibido la estricta regla de llamarlo por su nombre a solas, sonrió alegre.

" Mehmed. " Mehmed sonrió al ver que la costumbre no se había perdido. Extendió sus manos para tomar las de la muchacha que descansaban en su vientre.

" He oído rumores indecentes acerca de ti. " comentó con algo de molestia. Los ojos de Gül que antes se habían apagado, brillaron en esperanzas. " ¿Que puedo hacer para que no te afecte, querida Gül? " miro con incertidumbre a la muchacha quien apretó los labios.

No sabía si iba directo al grano o tanteaba el terreno.

El Sultan mehmetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora