capitulo 16

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Sofia

Vi que Pablo se acercaba hacia mí mesa, no lo dude, agarre mí móvil, me di la vuelta y me fui, rápidamente sentí una mano fría en mí brazo que me hizo darme vuelta al instante.

-Sofia tengo que hablar contigo-agitado.

-Ah si? y de que?- me solte de la mano- Por qué yo con vos no tengo que hablar nada.

-Basta Sofía escúchame una vez.

Bueno si tenia razón, me quedé en silencio para que el hablé.

-Te tengo que llevar a un lugar.

Eso me sorprendió mucho.

-Ahora?- mire mí reloj y eran las 5 de la tarde-bueno.

-Vamos-agarro mí mano y me guió hasta afuera al estacionamiento.

Nos subimos a un auto muy lindo la verdad, no sabía que conducía .

-Desde cuando conduces?- me puse el cinturón y el arranco el auto.

-Desde los 18 que me dieron la licencia para conducir, alquile este auto.

-Ay claro que eres muy pequeño.

-Tenemos la misma edad inteligente- se reía.

-Bueno bueno eh- me reí un poco- y dónde me llevas?.

-Uf que impaciente por favor.

-Que te calmes eh.

No hablamos de mucho la verdad, solo del partido contra Costa Rica me decia que el no estaba jugando muy bien pero yo lo intentaba animar, estaciono el auto.

Al bajar vi la playa, amo la playa y hacia mucho que no venia, desde que vine a Qatar no sali a ningun lado, solo al estadio y la cafeteria de al frente.

-Que no te gusta la playa?- se puso al lado mio, los dos estabamos mirando la playa.

Era una playa privada de Qatar en la parte de Doha se citaba.

-Me encanta la playa Pablo- me habia dicho que no le diga Pablo pero me gustaba cuando se enojaba.

-Venga vamos o te vas a quedar todo el día ahí?.

-Déjame ver el paisaje- cuando lo quise mirar el ya estaba unos pasos lejos de mí así que me apure.

Fui lentamente por la parte de atrás de su pierna y le pegue en esa parte que se te debilita, y se le doblo la pierna.

-Sofia corre por qué de esta no salís viva.

Ay no.

Sofía empezá a correr.

Mi instinto empezó a correr lo más rápido, sentí la arena y eso me debilitó un poco ya que es complicado correr en la arena.

Sentí como sus brazos rodeaban mí cintura y me hacían volar, bueno no volar del todo si no que me levanto un poco de la arena, el se reía y yo también, los dos estábamos agitados de tanto correr.

una Argentina enamorada de un EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora